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El Patrimonio Mundial, un impulso económico para las zonas de interior

Turistas en la pasarela sobre el río Mao, en Parada de Sil  (XESÚS FARIÑAS).
photo_camera Turistas en la pasarela sobre el río Mao, en Parada de Sil (XESÚS FARIÑAS).

Las áreas integradas en la lista de máxima protección se encuentran con el reto de combinar presión turística y conservación

La Ribeira Sacra se aproxima a su posible declaración de Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco, pero tendrá que hacer frente a un reto fundamental: combinar la vida de los residentes y los turistas, algo a lo que han hecho frente otras partes del mundo en los que se ha puesto en marcha un nivel de protección semejante.

Los beneficios que trae ser Patrimonio Mundial son "indudables", según refleja la publicación "Negative impactoof World Heritage branding: Liverpool", publicado en 2014. En esa ciudad británica, sus muelles y ciudad marítima fueron introducidas en la lista de la Unesco a principios de este siglo (2004) , pero la dejadez institucional acabó causando que en 2012 fuese incluida en la lista de patrimonio "en peligro". La declaración dio "más posicionamiento", si bien necesitaron "más desarrollo de planes turísticos y urbanísticos" para adaptarse. Así, el crecimiento de la población visitante acabó por ser un obstáculo en cuanto al cuidado del patrimonio histórico por la falta de previsión


Una gestión compleja


Administraciones, políticos locales y los propios vecinos tendrán que participar en el desarrollo de un plan en la Ribeira Sacra que sea capaz de proteger este enorme tesoro natural de las aglomeraciones que se avecinan. "No somos una postal", rezaban las sábanas colgadas en forma de pancarta en los balcones del barrio de Albaicín (Granada), antiguo barrio árabe granadino, cuya inclusión en la lista de la Unesco no estuvo exenta de polémica. La peatonalización de su calle central impidió el paso de autobuses o taxis, lo que causó un importante malestar que desembocó en la creación de la plataforma Sos Albaicín. "Vivir y trabajar aquí es mucho más duro ahora", alertaba la plataforma ante la aglomeración de turistas.

Eusebio Medina García, doctor en Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad de Extremadura, investigador sobre patrimonio cultural, explica que la inclusión de un bien en la lista de la Unesco "suele atraer de manera más o menos inmediata la atención mediática", que a la larga "se traduce en un incremento significativo de los flujos de visitantes y otros cambios que afectan a la situación de partida".

Esto, como señala en su análisis " Algunas consecuencias de las declaratoria de bienes patrimonio de la Humanidad de la Unesco: Paisaje Natural Quebrada de Humahuaca (Argentina)", tiene también "efectos imprevistos" que pueden llegar a "poner en peligro la singularidad" de los bienes.

Ese valle argentino, semejante a la Ribeira Sacra en cuanto a su riqueza natural y arquitectónica, está en la lista de la Unesco desde 2003 y, sin embargo, el estudio realizado una década después no fue capaz de determinar si el impacto fue positivo o negativo en términos de paisaje, si bien los datos invitan a demostrar que económicamente le impacto fue positivo. El paro descendió en la zona del 14,1% a un 8,2% en los cinco años siguientes, se crearon en ese periodo 87 alojamientos turísticos más, y la población aumentó en una década en un 8,4%, concentradas en la cabecera comarcal, más que en los pequeños núcleos. La variación de facturación en los establecimientos hoteleros y restauración creció un 456% .ç

En Querétaro (México), la declaración de Patrimonio Mundial tuvo consecuencias positivas y también "perniciosas", según el balance realizado una década después. El turismo pasó de "residual" a "primera actividad", y consiguió ser en 2008 el destino sin playa más visitado del país. Los lamentos llegaron con el tiempo por el "encarecimiento" de los precios.

En Cartagena de Indias (Colombia), una de las primeras en tener la declaración (1985), tres décadas después destacaban el gran incremento de la restauración y el bum de los hostales, pero puntualizando que no todo fue "color de rosa". El auge comportó "más acoso al visitante", una "invasión" de venta ambulante y "más delincuencia".


Más turistas, más costes


Las fiestas de la Mare de Déu de la Salut, de la "humanidad" desde 2011, han conseguido desestacionalizar el turismo en Algemesí, concentrado en las fiestas anteriormente; en Ávila, la declaración ha traído más turistas pero también más costes; en Baeza-Úbeda (Jaén), crecieron los visitantes y también aumentaron en torno al 10% los costes, con la creación de figuras como la policía turística; en La Laguna (Canarias), la vigilancia de la Unesco ha traído problemas de cobertura, ante la imposibilidad de dejar a la vistarepetidores o cables, aunque se consolidó como referencia en la isla.En Valencia, la Lonja de la Seda, indexada por la Unesco en 1996, ha conseguid doblar el número de visitantes, siendo ya el monumento más visitado de esa ciudad. 


Vigilancia intensiva para evitar que haya desmanes


La declaración de Patrimonio Mundial a la que opta la Ribeira Sacra trae acarreado, como en todos los bienes que han entrado a formar parte de esta lista, un aumento de los visitantes, con el consiguiente aumento de la comercialización, la cual exige un plan integral que evite que se pierda precisamente la magia de un paraíso natural. Luang Prabang, ciudad Patrimonio Mundial de Laos, con 50.000 habitantes, atrajo a 700.000 visitantes en 2018; y el Casco Viejo de la capital de Panamá multiplicó por diez el turismo, pero acabó por expulsar a los residentes al extrarradio. Hay pros, pero también contras. Y,s obre todo, mucho control por parte de la Unesco. Cualquier posible alteración puede suponer la exclusión de la lista. Le pasó a la ciudad alemana de Dresde, en 2009, excluida por construir un puente de cuatro carriles sobre el río Elba. También un santuario del órix árabe en Omán fue expulsada de esta privilegiada lista.  Una de las últimas en entrar en la carrera de salida es el centro histórico de Viena, debido a la construcción de grandes edificios. 

Los muelles de George Town (Malasia) fueron otros grandes beneficiarios del Patrimonio Mundial, declarado en 2008. Estaban al borde de la demolición y han dado un lavado de cara espectacular en una década gracias a los fondos de  la Unesco, si bien la ola de turismo ha exigido grandes esfuerzos. 

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