El Pazo de Xustiza, en la céntrica plaza de Concepción Arenal, entró ayer en la cincuentena sin grandes preocupaciones. Llega a una especie de juventud en plena madurez tras haber sido el epicentro de la justicia ourensana durante casi cinco décadas. En todo ese tiempo, afrontó un costoso lifting de 1,3 millones de euros a comienzos de siglo para encarar la falta de espacio, aprovechando las viviendas de los cargos institucionales en la planta superior.
Y, aunque desde la inauguración del edificio judicial de O Couto en 2015 ya ha perdido la energía que le daba el trasiego de cientos de personas pululando a diario por sus dependencias, por contra, ha ganado serenidad. La que se deriva de un trabajo más reflexivo. Magistrados de las dos secciones de la Audiencia (penal y civil), fiscales de menores, personal adscrito al juzgado de menores, al archivo provincial, funcionarios del Servicio de Mediación Intrajudicial, Arbitraje y Conciliación (SMAC), el Servicio de Mediación Familiar, dos sindicatos, el aula de formación con 24 plazas, la junta electoral, la unidad adscrita de la Policía Judicial de la Guardia Civil y la sede de la Policía Autonómica se reparten a lo largo de las cinco plantas del inmueble.
La liberación de espacios tras el traslado de los órganos unipersonales a un macroinmueble sin ventilación natural, la Fiscalía y el Registro Civil hizo necesaria una reinvención para dotar de utilidad a las más de 60 oficinas que quedaron vacías. La Xunta aprovechó algunas de las dependencias sin uso para realojar otros servicios pero siempre vinculados, en mayor o menor medida, a la administración de justicia. En el caso del SMAC y la Policía Autonómica, con una conexión más colateral (el jefe territorial de Xustiza, Manuel Pardo, aclara que los agentes de la unidad adscrita trabajan con menores y en contacto con la fiscalía).
El cambio no fue traumático y hubo consenso entre jueces y políticos. "Esos aprovechamientos fueron pactados, son usos racionales para no desperdiciar el gasto que conlleva el mantenimiento de un edificio destinado a la Audiencia provincial, asegura el presidente de ese órgano colegiado, Antonio Piña.
Desde la Administración autonómica, titular del inmueble, insisten en que la esencia del inmueble será siempre judicial. "Está consagrado al servicio del poder judicial", recuerda Juan José Martín, director xeral de Xustiza. "Está regulado y la administración pública no puede desacralizar la función judicial de este edificio", aclara.
Pero Martín, entre los nuevos servicios hay uno que destaca: "Aquí está el archivo territorial de la provincia de Ourense, con los expedientes documentados no solo de los juzgados de la ciudad". En total, seis kilómetros lineales de expedientes (30.000 preparados para el expurgo), con un servicio de préstamo a los juzgados que requieran expedientes antiguos (27.000 prestados a fecha del jueves).
En un futuro, se plantea un espacio más amplio para la biblioteca de la Audiencia, ahora en la segunda planta.
Una gran exposición para conmemorar el medio siglo de vida a través de pleitos
Cumplir 50 es un momento vital clave y, por ese motivo, el presidente de la Audiencia, Antonio Piña, tiene programada para el primer trimestre de 2020 una exposición conmemorativa. "Se podrán recorrer los 50 años del Pazo de Xustiza a través de los pleitos más significativos del ámbito penal y civil", explica. Algunos ya están seleccionados, como el crimen de la Ferretería Tornillo en 1976, con dos muertos -el obispo Temiño negó a uno sepultura en tierra sagrada- o el delito electoral de A Veiga, que obligó a los magistrados a desplazarse hasta allí para interrogar a todo el pueblo.
Esta muestra sería el germen de un aula interactiva para ofrecer una visión histórica de la evolución de la justicia a través de sus pleitos y sentencias.
