SUCESO NO CHUO

Pazos, del miedo a la incredulidad

photo_camera Concentración de repulsa contra el asesinato ante la Casa do Concello de Verín.

Estupefacción e incredulidad era la sensación que reinaba ayer en todo Verín, especialmente en su parroquia de Pazos, y también en As Ferreiras (Riós), tras conocerse la tragedia ocurrida en el CHOU. 

El miedo dio paso a la estupefacción y a la incredulidad en Pazos. El miedo estaba instalado en sus gentes desde que en la madrugada del 2 de abril, en plena Samana Santa, Isabel Fuentes fuera salvajemente agredida en su casa. Su compañero, Aniceto Rodríguez, dijo entonces que habían entrado unos ladrones a robar y la golpearon en la cabeza. Aquel miedo se transformó ayer en incredulidad tras conocerse que Isabel había sido acuchillada por su compañero en la cama del hospital.

La vivienda de la pareja en Pazos permanecía ayer cerrada a cal y canto y en el galpón existente en su parte posterior permanecía aparcado un vehículo todoterreno. Uno de los miembros de la familia que reside en la casa de enfrente se disculpa ante los medios de comunicación que acuden al lugar y se limita a decir que "nós non sabemos nada" y "estamos moi fastidiados". Isabel y Aniceto habían estado con ellos, como en otras muchas ocasiones, en las horas anteriores a que se produjera la agresión de la madrugada del 2 de abril y ellos fueron los primeros que la auxiliaron.

Las escasas personas que salen a la calle a última hora de la mañana parecen no superar su asombro por el asesinato de su vecina Isabel a manos de su compañero. Las respuestas que dan cuando se les pregunta por la relación que mantenía la pareja apenas difieren. Delfina Crespo, que reside a escasos 50 metros, asegura que "sempre os vin moi normales e ela era moi boa persoa. A el coñecíao moito menos, pero nunca escoitei nada raro".

En las inmediaciones, Isidro Gago afirma que "vivimos porta con porta e nunca desconfiei del. Sempre o vin como unha persoa normal e nunca pensei que puidese pasar esto. É mais, ata hai pouco vivía con eles a nai de Isabel, que morreu hai uns meses, e tratábaa estupendamente".

A su lado, Alberto Mila coincide en que la pareja "levábase ben e nunca se soupo de nada raro" y señala que Isabel "era moi boa e non se merecía esto".

También Guillermo Martínez coincide en que la pareja "parecía que se levaban ben, polo menos de portas para fóra", aunque añade que "o que máis me choca agora é que hai uns días un matrimonio amigo foinos ver ó hospital e él choraba e desexaba que colleran ó que a golpearan. Hai que ter moito sangue frío para portarse así", concluye Santiago.

En las inmediaciones, Pepa de Paz asegura que "era unha parella normal, estaban a ben con todos os veciños e nunca se soubo dun barullo, nin un berro. Parecía que se levaban moi ben e el trataba con moito cariño".

Isabel era natural de Pazos y era muy apreciada y conocida en todo Verín, pues fue dependienta durante muchos años en una conocida mercería de la villa. Aniceto era originario de O Navallo, en el Concello de Riós. Estuvo emigrado en Francia y con su primera esposa regentó un bar restaurante en As Ferreiras, una pequeña localidad situada al pié de la carretera N-525, con cuyo intenso tráfico se sostuvo hasta la entrada en servicio de la autovía A-52, que discurre ahora a escasos 500 metros.

Aniceto también tuvo una carnicería, al lado del restaurante, e iba a vender por los pueblos próximos. Así lo recuerda su vecino Antonio González, quien afirma que "era unha persona normal, moi traballador e ninguén pode dicir nada malo del. Non sei que lle puido pasar pola cabeza". Otro vecino de As Ferreiras, Manuel Gago, asegura que conoce a Aniceto "desde que teño uso de razón e para min era unha boa persoa. Era un home de bastante crédito na zona, con unha vida normal e tranquila e eu nunca lle notei nada raro".Su primera esposa, con la que tuvo una hija, que vive en Vigo, falleció hace 26 años y algunos años después comenzó su relación con Isabel Martínez, viviendo a caballo entre As Ferreiras y Pazos.

En Verín la noticia de que Aniceto había acuchillado y dado muerte a su mujer corrió como la pólvora desde primera hora de la mañana "e non se fala doutra cousa", reconocía el alcalde, Juan Manuel Jimenez Morán, quien se sentía también especialmente afectado, ya que conocía muy de cerca a la pareja. "Cando me dixeron o que ocurrira non o podía crer. Non te explicas o que lle poido pasar a ese home pola cabeza". A las 14,30 horas varios centenares de personas, entre las que figuraba la Corporación municipal al completo. se concentraron ante la Casa do Concello de Verín, en señal de protesta contra el asesinato y en cuyo transcurso el alcalde leyó un comunicado institucional de condena.

Isabel Fuentes será enterrada esta tarde, a las 19,00 horas, en el cementerio de su pueblo de Pazos.n
 

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