Caminar por la ciudad es, en muchas calles, complicado. Aceras demasiado estrechas, inexistentes, invadidas por la vegetación o por los vehículos forman parte de una realidad a la que los vecinos se enfrentan al salir de casa.
Pasear por Ourense se convierte, en algunos casos, en una tarea de riesgo. El poco espacio peatonal, así como el mal estado del mismo, dificulta que los ciudadanos puedan caminar con seguridad en diversas calles de la ciudad. Mientras el plan "Móvete por Ourense" se ejecuta, los vecinos siguen reclamando una ciudad más humana y accesible.
Para aquellos que utilizan silla de ruedas para desplazarse, la situación empeora, ya que se le suma la falta de rebajes en algunos semáforos, lo que impide su acceso directo a la parte peatonal. La calle Bonhome, estrecha y en curva, es un ejemplo de falta de accesibilidad. Las asociaciones vecinales acumulan quejas, en algunos casos continuadas, sobre ciertos tramos de la ciudad, donde los ourensanos señalan la inacción del gobierno municipal. Las asociaciones de personas con discapacidad también reciben protestas de sus usuarios, que reclaman un Ourense más accesible para todos. El activista Manuel Novoa es claro: "Hai xente que usa cadeira de rodas e que non pode saír da súa casa porque ten barreiras arquitectónicas". El casco viejo supone uno de los mayores problemas para el tránsito, con aceras demasiado pequeñas, como la de la calle Santo Domingo.
Los vecinos señalan como principales problemas el reducido espacio de muchas aceras, demasiado estrechas para el paso de los peatones, como frente a Os Remedios, una zona nada espaciosa para el tránsito que recibe. Los vehículos aparcados o los elementos del mobiliario urbano dificultan el tránsito de las personas, como en el acceso a la estación de bus. Por otra parte, los ciudadanos también se quejan del mal estado de algunos andenes, donde la vegetación invade el espacio transitable, como en los alrededores del CEIP de O Couto o en la calle Díaz de Labanda.
