DEMOGRAFÍA

La pérdida de habitantes se amplía ya a todas las cabeceras de comarca

Paro y descenso de natalidad lastran el incremento de la población, especialmente desde los años más duros de la crisis 

La pérdida de población ya no es solo exclusiva de los pequeños municipios rurales de una provincia, la de Ourense, que debe tener muy presente el problema de su despoblación y cómo combatirlo. El problema, que ya era patente en villas como Ribadavia, A Rúa o Celanova, se extiende ahora por O Barco, Carballiño, Verín, Xinzo, Allariz y la misma capital de la provincia, Ourense, muy lejos el año pasado -cuando registró 106.231 habitantes- de aquellos 109.475 del año 2003.

Sólo se salva Barbadás, municipio calificado de "satélite" de la capital, pero que ha sabido captar la población que se va de la ciudad, entre otras razones por el alto precio de la vivienda. Ahí el crecimiento es imparable, año tras año, doblando en población a Celanova o Ribadavia y superando a Xinzo.

La caída de población es, de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística, una constante en la capital de Terras de Celanova, que no consigue remontar desde 2005, que el alcalde, el popular José Luis Ferro, atribuye a que se trata de vecinos que viven en la villa pero están empadronados en otros municipios, como ocurre en Xinzo, dice también su alcalde; por ello, busca beneficios fiscales y paquetes de ayudas para combatir el problema.

El caso es peor en Ribadavia, que pierde habitantes desde 1999, con la excepción de unos pocos años al alza. De hecho, la caída del censo en la capital de O Ribeiro ya ha sido objeto de debate político, al resultar infructuosas las medidas para cambiar la tendencia, según advirtió recientemente el BNG, que esta misma semana y por boca de su portavoz, Xacobe García, que lo achaca al cierre de empresas y a la falta de iniciativas de fomento del empleo. El alcalde socialista, Ignacio Gómez, asegura que intentará no bajar de los 5.000 habitantes, lo que supondría menos ediles y menos fondos estatales pero mira hacia Estadística, anunciado que ya alegó contra la depuración del censo realizada por el organismo oficial.

Esa depuración, que también el alcalde de Verín, el socialista Gerardo Seoane, emplea para justificar la pérdida de habitantes en su villa -donde se cambió de tendencia en 2013, cuando Verín llegó a su mayor población, 14.760 habitantes-, no es, sin embargo, el único argumento que explica la caída del censo, sostienen otros alcaldes. El descenso de la natalidad, generalizado en toda la provincia y en Galicia; y la disminución del empleo por la crisis, son determinantes para el regidor socialista de O Barco, Alfredo García. "A xente marcha", reconoció, y la prueba es la disminución del número de extranjeros. García espera que, superada la crisis, "a poboación volte a crecer".

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