EN LA CIUDAD

Jácome: "Soy el alcalde, bajen los bolardos"

El regidor de la ciudad calificó de "día histórico" el fin de este sistema para restringir el tráfico a la zona histórica de la ciudad

A la espera de que las cámaras se puedan instalar, es la Policía Local la encargada de vigilar el acceso de coches al Casco Vello desde ayer a mediodía. "Es un momento histórico", dijo el alcalde de Ourense, exultante por el "honor" de haber cumplido una "promesa electoral". Pasadas las 13,00 horas, se acercó al interfono de la confluencia de Concordia y Santo Domingo para dar personalmente la orden: "Soy el alcalde de Ourense, quisiera, por favor, solicita que bajen los bolardos de la ciudad-". Segundos después, era un taxi el primero en estrenar el destierro de los "bolardos asesinos". 

Aprovechando que era Miércoles de Ceniza, utilizó aquello de "en polvo eres y en polvo te convertirás", para decir adiós a un "sistema atroz que nunca debió ser implantado". Es por ello que decidiese desactivarlo pese a que la alternativa –cámaras– aún tardarán unos meses. 

Ahora, serán los agentes de la Policía Local los encargados de encargados de "controlar que no se produzcan infracciones e imponer las sanciones oportunas". Además, ahora los conductores tendrán "más dificultades para cometer una infracción porque se arriesgan a una multa", ya que habrá más vigilancia. 

Los bolardos estaban en funcionamiento desde el año 2004, y, desde entonces, según Jácome, causaron "1.500 incidencias en vehículos con reparaciones de hasta 3.000 euros y numerosas lesiones en viandantes". La infraestructura no se retirará, ya que se subirá de forma "puntual" en caso de grandes aglomeraciones para cumplir la Ley de Seguridad Ciudadana. 

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