Esta práctica prosigue sin que las administraciones públicas adopten medidas para combatirla

La permisividad alienta el botellón en plazas y parques

Un grupo de jóvenes consume alcohol en un parque de la ciudad, en la madrugada de ayer viernes. (Foto: MARTIÑO PINAL)
Con la proximidad del fin de semana, los parques y plazas más céntricos de la ciudad volvieron a llenarse de nuevo en la madrugada de ayer viernes de numerosos jóvenes para practicar el botellón, amparándose en la permisividad evidenciada por las administraciones implicadas, tanto por las consecuencias derivadas para la salud pública como para la convivencia ciudadana.
Los asistentes son fundamentalmente estudiantes universitarios, aunque entre los participantes también hay menores de edad, reunidos en la Alameda do Concello, las riberas del Barbaña y del Miño y otras plazas de la zona centro, a las que acuden cargados de botellas de bebidas alcohólicas para beber durante horas, sin control de ningún tipo.

Además de un grave problema de salud pública, el botellón también se traduce en molestias para los residentes de las zonas próximas, por el ruido que ocasiona. Igualmente, las zonas donde se practica quedan llenas de basura, pues los asistentes suelen dejar botellas y vasos de cristal o plástico, además de bolsas o papeles, entre otros.

Asimismo, esta situación deriva en ocasiones en problemas mayores como consecuencia del estado de ebriedad que presentan algunos participantes debido a la ingesta masiva de alcohol. Los agentes de seguridad establecen un dispositivo de vigilancia de las zonas donde se realizan botellones, pero no intervienen salvo que se produzcan altercados de orden público.

Las administraciones públicas, por su parte, continúan mostrando una gran desidia ante este grave problema ya que el Concello, la Xunta o la Subdelegación del Gobierno permanecen indiferentes, a pesar de que en otras ciudades gallegas han adoptado medidas contundentes.

Te puede interesar