La tercera ola llegó antes de que se acabase la segunda. Los sanitarios casi no pudieron tomar aliento entre una y otra, mientras el cansancio se acumula a la espalda desde el inicio de la pandemia. Luis Docasar, jefe de Psiquiatría del CHUO, cree que la previsión puede jugar un papel importante en reducir el estrés del personal: "Ahora no es cómo en la primera ola, que no te lo esperas. Ahora hay previsión y esperemos que haya más medios y así menos estrés entre los profesionales", explica. El especialista apunta a que la mayor preocupación de los sanitarios no es la lucha contra el coronavirus en sí, sino si habrá recursos personales suficientes para hacerle frente.
Atención
En la provincia, el servicio de Psiquiatría puso en marcha ya en marzo un programa específico de atención a sanitarios, que permitió ayudar a los compañeros a sobrellevar la situación. "Tuvimos más demanda que otras áreas, pero también fuimos los primeros en llevarlo a cabo. En cualquier caso, no pasó de unas decenas de casos", apunta Docasar, que asegura que el servicio no se vio desbordado por la demanda. "Aún así, hemos visto repetirse un fenómeno entre los sanitarios, que sienten una especie de vergüenza de pedir ayuda. A lo mejor hay casos de personas que deberían pedirla pero no lo han hecho", explica.
El cansancio y el agotamiento son dos de las situaciones más recurrentes. "No hemos visto un aumento de las enfermedades mentales genuinas. Hemos visto casos de personas que se sienten quemadas, que les ha afectado, que les supera", apunta. Los casos graves observados han sido entre sanitarios que han pasado el virus: "Ahí si vimos problemas psiquiátricos importantes, como estrés postraumático, cuadros maníacos...".
