URBANISMO

El pésimo estado de la vieja prisión enciende las alarmas en el Concello

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El gobierno municipal realizará obras en el inmueble, que languidece ante la parálisis del proyecto termal en As Burgas

El paso del tiempo continúa agravando el estado de la vieja prisión de Ourense, cerrada desde 1987 y adquirida por el Concello en 2001 para transformarlo en un punto de atracción y dinamización de As Burgas, en el corazón de la ciudad, con la construcción del primer hotel balneario de la ciudad. Quince años después, las intenciones no han pasado del papel y el edificio languidece, con el consiguiente riesgo para peatones y vehículos que circulan por la rúa Progreso.

El Concello es consciente de que el inmueble puede generar problemas, motivo por el que hace unos días redactó un informe para que la Policía Local procediese a vallar el entorno de la prisión, cortando la acera y obligando a los peatones a utilizar la calzada para seguir su camino. En estos momentos, desde la Concejalía de Urbanismo ultiman otro informe para concretar las obras necesarias que hay que realizar en el edificio y llevarlas a cabo para garantizar la seguridad en la zona, algo que el edil responsable del área, José Cudeiro, entiende que es "indispensable".

El estado de la antigua prisión ejemplifica a la perfección la situación del entorno de As Burgas, inmerso también en una inseguridad jurídica que espanta a los inversores que podrían desarrollar el complejo hotelero. Está pendiente también la urbanización de la zona, convertida desde hace años en una escombrera. La parte trasera de la cárcel se convirtió durante muchos años en un "picadero" de droga, pero también el solar conocido como Xardín das Burgas se encuentra en mal estado, lleno de maleza y basura que proyecta una pésima imagen de lo que debe ser uno de los referentes de la ciudad.

Para llevar a cabo el proyecto de urbanización de la zona, el Concello llevó a cabo un proceso de expropiación que concluyó el pasado 22 de junio, cuando se abonó el pago a los tres últimos propietarios que en abril no habían acudido a formalizar el cobro, los que tenían las propiedades de mayor superficie, Xardín das Burgas -2.870 metros cuadrados)- y Baños de Outeiro -1.542 metros cuadrados-.

La superficie total expropiada que ya es propiedad del Concello asciende a 5.162 metros cuadrados. Según manifestó José Cudeiro, el gobierno municipal cuenta con que el proyecto de urbanización pueda estar redactado en un plazo de medio año. En ese momento, sería necesario tener aprobados los presupuestos para destinar una partida a ejecutar los trabajos, para los que el edil de Urbanismo estima una duración de doce meses. Cumpliéndose los plazos previstos, la zona estaría a disposición de los inversores a finales de 2017 o principios de 2018.

Sin embargo, todavía en el caso de que no surjan problemas por el camino, el Plan Especial para As Burgas está proyectado a largo plazo, con una inyección de fondos públicos de casi 18 millones de euros, además de la inversión privada.

El proyecto en la zona, pendiente de sentencias

La batalla judicial ha sido una de las constantes en el entorno de As Burgas durante los últimos años. Por un lado, todos los propietarios de las parcelas expropiadas han presentado recursos por el justiprecio acordado con el Concello y contra el expediente de expropiación, por lo que están pleiteando en la justicia ordinaria.

Sin embargo, es un recurso contencioso-administrativo presentado hace varios años el que más preocupa al Concello de Ourense. El tema está en manos del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia y, según el gobierno local, la resolución está próxima. En caso de ser contraria a los intereses municipales, todo el proceso urbanístico en As Burgas se vendría abajo, proceso de expropiación incluido.

El Plan Especial para la zona se extiende hasta las calles Cervantes, Vilar y Praza da Ferreiría por el este; a la Alameda por el norte; al colegio Josefinas por el sur, y a la ribera del Barbaña y Parque Barbaña, ambos incluidos, por el oeste.

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