Piden 9 años de cárcel para un joven de Ourense que apuñaló a otro que quería hachís

Lugar de los hechos.
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Una compraventa de hachís terminó en una pelea callejera en la que el acusado casi degüella a la víctima

Un joven vecino del barrio de As Lagoas, Ismael P.M., de 24 años, se enfrenta a la petición de hasta nueve años de cárcel por el enfrentamiento con un cliente, quien le pretendía comprar hachís, aprovechando que estaba de paso por Ourense con sus amigos, tras unos días de vacaciones en las Rías Baixas, y regresaban a Madrid. Además,  el fiscal del caso cifra la responsabilidad civil en más de 37 mil euros para indemnizar al perjudicado por el tiempo de recuperación y las secuelas padecidas.

La víctima, que estuvo  hospitalizado durante días, admitió que pretendía comprar hachís al acusado, con quien contactó el 23 de marzo de 2021. Los jóvenes de paso tenían el número de teléfono del supuesto vendedor porque se lo facilitó otro joven al que vieron fumar un porro en la calle. El contacto fue a través de una aplicación de mensajería e Ismael, según el fiscal, le envió la dirección de su casa, en la calle Bernardo González Cachamuiña.

El lesionado y sus amigos, seis en total, acudieron al barrio de As Lagoas. Todos esperaron en la calle salvo dos, que fueron al portal de la esquina de la calle en donde reside Ismael. Este último, según  recoge la acusación pública en su escrito de acusación, le reclamó 70 euros por 10 gramos de hachís, pero a los compradores les pareció caro y no llegaron a un acuerdo. “En un momento dado, el inculpado se encaró con uno de los chicos y el denunciante lo cogió por el hombro para apartarlo”, asegura el  fiscal. La reacción del supuesto vendedor fue violenta. La acusación dice que intentó matarlo al clavarle en el cuello un cuchillo de sierra, seccionándole la laringe. Tras estos hechos, los clientes salieron corriendo y se refugiaron en un  taller.

El lesionado sufrió 133 días de perjuicio personal básico, 16 días de pérdida grave de calidad de vida y 49 días de pérdida moderada. Entre las secuelas, padece un trastorno neurótico derivado del estrés postraumático y una cicatriz de grandes dimensiones. 

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