Un informe de Asuntos Internos sostiene que el agente se suicidó y su muerte no fue de forma violenta
El abogado de los dos policías gemelos Roi y Bernardo D.L., investigados por el Juzgado de Instrucción 3 de Ourense por la muerte de su compañero Celso Blanco, de 42 años –cuyo cadáver fue hallado con un disparo en la cabeza en la mañana del 9 de abril del 2016–, tiene previsto pedir el sobreseimiento de las actuaciones.
El letrado, Neil González, funda su petición ante la jueza Eva Armesto en un informe de la Unidad de Asuntos Internos del Cuerpo Nacional de Policía que exculpa a los dos policías gemelos. Según el informe, "el fallecimiento de Celso Blanco Álvarez apunta a una etiología suicida. No existen suficientes indicios para sospechar de etiología homicida".
Los investigadores, de todas las cuestiones que afectan al cuerpo de seguridad, parten de que Celso Blanco era un policía respetado que gozaba de buena reputación entre sus compañeros. Recuerdan que le fue entregada una medalla al mérito policial con distintivo blanco, pero no aguantó la presión que se desencadenó dentro de la comisaría tras la desapareción de varias pistolas y el envío de los anónimos que desencadenaron la operación Zamburiña, que conllevó la detención de varios agentes del Grupo de Estupecientes. Tanto el robo de armas como los anónimos pusieron en el punto de mira a Bernardo y Roy. El fallecido, según Asuntos Internos, estaba "profundamente consternado porque iban a detener a inocentes". El agente, que según Asuntos Internos dijo ser "autor del robo de armas y envío de los anónimos, llegando a un estado psicológico tal que lo abocó al suicidio".
