Los industriales aseguran que extremaron al máximo las medidas de seguridad en los últimos años
La explosión en la pirotecnia de Paramos, en Tui (Pontevedra) -se registraron dos personas fallecidas y otras 30 heridas, además de daños en 60 casas- ha puesto de nuevo la seguridad de este tipo de empresas en la palestra. La Xunta anunció que endurecerá los controles, pero esta medida no sorprendió a los empresarios de pirotecnia ourensanos. "Tenemos controles esporádicos de la Guardia Civil y de la Administración. Y están bien, porque somos los primeros interesados en evitar un accidente", asegura el gerente de la pirotecnia Josman, José Benito Salgado, puntualizando que en su empresa se cumplen a rajatabla las medidas de seguridad. "Los almacenes y depósitos están separados y hay una franja de seguridad entre ellos. Sería imposible que se diera un caso como el de Tui", añade.
En la provincia hay diez instalaciones con material pirotécnico, pertenecientes a cuatro empresas Josman, Xaraiva, La Gallega (esta es una filial de la que registró la explosión de Tui) y Abad (Leiro). En esta última se redujo la actividad tras un accidente en julio del 2015.
El gerente de Xaraiva (Monterrei), Luis do Espiritosanto, recuerda que en los últimos años se han extremado al máximo las medidas de seguridad. "Tenemos dos almacenes con capacidad suficiente, de hasta 37.000 kilos de explosivos. Las instalaciones cumplen con todos los requisitos de seguridad y están muy alejados de las zonas habitadas", apunta el empresario, y afirma que ve casi imposible una explosión como la de Tui. "Puede haber un accidente, pero no tan grave para la población y sus viviendas", añadió.
La Guardia Civil realiza controles mensuales en pirotécnicas y empresas que utilizan explosivos, como canteras o constructoras. Los agentes vienen tramitando una media de 12 infracciones cada año por irregularidades de carácter leve en la documentación y la utilización del material.
El ingeniero de la Unidad Funcional de Industria y Energía, del Ministerio de Industria, Pablo Cortizas, se encarga del control de explosivos en Ourense y Pontevedra. Desde el año 2011 vigiló la utilización de 35 millones de kilos de dinamita en obras del AVE sin que se produjeran accidentes ni robos.
Veinte víctimas mortales desde los años ochenta
La manipulación de explosivos para fuegos de artificio se cobró la vida de 20 personas desde el año 1984 en la provincia de Ourense. Todas las empresas contabilizan un accidente, el último el 1 de julio del 2015 en la pirotecnia Abad, en Leiro, en el que fallecieron tres personas.
Cuatro años antes, se registró una explosión en las instalaciones de Xaraiva, aunque solamente hubo daños materiales. El accidente más grave ocurrió en julio de 1984 en un taller de bombas de palenque en Sobral (Coles), donde fallecieron cinco personas de una misma familia, la propietaria de la pirotecnia Josman, que volvió a sufrir otros cuatro accidentes. El más reciente, el 8 de septiembre en Melias (Pereiro), en el que fallecieron otras dos personas.
En pirotecnia La Gallega, en Maside -delegación de la que registró la explosión en Tui- aseguran que no han tenido accidentes, algo que achacan a que solo almacenaban bombas para la venta. En la empresa están a la espera de que se aclare lo sucedido para continuar con la actividad. "Ahora mismo, apenas tenemos cohetes", apuntaron.
