El placer de elegir a Dios

Ourense 8/12/20
Misa del seminario en la catedral

Fotos Martiño Pinal
photo_camera El obispo, Leonardo Lemos, bendijo ayer a Humberto García y Mauro Puga. (Foto: Martiño Pinal)
Los seminaristas Humberto García y Mauro Puga recibieron ayer en la Catedral de Ourense el ministerio de lectorado, una orden menor que los sitúa un paso más cerca de convertirse en sacerdotes, el camino que, dicen, "Dios eligió para ellos"

El Día del Seminario, que originalmente se celebra el 19 de marzo, se pospuso por la pandemia al día de la Inmaculada Concepción, que en Ourense es, además, patrona del Seminario Menor. Aprovechando la ocasión, el obispo, Leonardo Lemos, hizo entrega del ministerio de lectorado a los seminaristas Mauro Puga y Humberto García, un paso necesario para convertirse en curas en un futuro próximo.

Ambos estudian el quinto curso en el Seminario Mayor, donde hay un total de 20 aspirantes a sacerdote y la media de edad ronda los 25 años. Es una cifra baja. Con el paso del tiempo se ha perdido vocación y ha disminuido la participación en la vida cristiana. Puga opina que esto sucede porque "cada vez hay menos practicantes y, por lo tanto, también hay menos sacerdotes. La gente confía más en el materialismo y en el consumismo que en Dios". García, en la misma línea, cree que también es a causa "de las filosofías modernas, y de la falta de buscar un sentido a la vida, pero en situaciones como la pandemia, las personas si se encuentran con un problema existencial se volverán hacia Dios".

Una fe persistente

Puga afirma que "llevaba años arrastrando esta necesidad, y al final el señor te va llevando por determinados caminos que te hacen descubrir lo que realmente quieres". Ahora, con 42 años y tras llevar una vida de fe, da el paso al sacerdocio.

 La historia de Humberto García, de 29 años, comenzó al otro lado del Atlántico, en Cuba. Allí, el régimen castrista es ateo y la presencia de simbología religiosa no está bien vista en la sociedad. García explica que "fue muy difícil vivir la fe con el Partido Comunista. Había que hacerlo a escondidas, y no se podían mostrar símbolos religiosos en público, se puede ir a la cárcel por ello". Sin embargo, la familia de Humberto le guió en el catolicismo desde pequeño. Según dice "la fe en mi familia sobrevivió a la Revolución" y, con 25 años,  viajaba a España para comenzar su carrera en el Seminario.

Ahora, su función dice que es la de "anunciar el plan de salvación de Jesús a los hombres, anunciar que trae paz y alegría. Quiero, además, animar a los jóvenes que se sienten llamados al sacerdocio a que den el paso. Es difícil, pero es un gozo sentirse llamado por Cristo". Para Humberto, el camino se presenta emocionante y espera poder "desprenderse de las cosas y llegar al corazón de las personas".

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