política

El plan de la ciudad para revolucionar su movilidad, estancado tras un año

calles peatonales
photo_camera Las calles peatonales como la del Paseo se convierten, en muchos momentos, en zonas con tráfico.
Sin transporte público renovado o carriles bici, la única peatonalización probada, en Cardenal Quevedo, ha resultado fallida

El ambicioso plan fraguado en la ciudad de Ourense para revolucionar el diseño de la movilidad se encuentra, haciendo un símil con su objetivo, en un atasco un año después de su concepción en el marco del proyecto Móvete por Ourense, guiado por el estudio de arquitectura Urba+.

Los últimos meses del mandato pasado, con un cambio incluso en el responsable del departamento de movilidad, al renunciar José Araújo, no sirvieron apenas más que para testar la peatonalización de las calles Xocas y Cardenal Quevedo, que ha resultado fallida a ojos de vecinos y comerciantes ante la ausencia de una actuación integral en las vías. El mayor control policial, al detectarse un incremento de las multas por velocidad o por malos estacionamientos, sí parece haberse probado, aunque sigue habiendo lagunas en el control de las zonas peatonales, que en determinadas franjas ven cómo se dispara el tráfico de vehículos.

Así, de las 21 acciones contempladas en las conclusiones finales del proyecto Móvete por Ourense, que debía culminar con una gran segunda peatonalización que abarcase toda el área incluida en el perímetro formado por las calles Celso Emilio Ferreiro, Progreso, Zamora, Nosa Señora da Saínza, Pena Trevinca y Emilio Pardo Bazán y que ahora parece poco menos que una quimera.

Con el aval social, vecinal y de los representantes del comercio, el nuevo gobierno municipal apunta al rediseño de la movilidad como "una prioridad absoluta", en palabras de Miguel Caride, concejal responsable de liderar la que debe ser la gran transformación de Ourense para que sitúe al peatón como eje.


Necesidades


La base para acometer, punto por punto, el Móvete por Ourense pasaba por la revisión y adaptación del Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) aprobado en 2012, para el que se recogía el plazo máximo de un año. Ya cumplido, ni siquiera ha sido contratado, algo que el nuevo gobierno ha querido cambiar, encargando a las arquitectas de Urba+ Paula Feijóo y Emma Noriega, algo que debería formalizarse en breve. "Necesitamos adaptarlo para llevar a cabo diferentes acciones", indica Caride.

Este documento es pieza clave para retos fundamentales contemplados entre las acciones del Móvete por Ourense para lograr su éxito. Uno de ellos, tras cuatro años y medio en precario, es el desbloqueo del contrato del autobús urbano para "cubrir las necesidades reales con nuevas líneas" y hacerlas más atractivas para reducir el uso del vehículo privado. Renovar la flota de autocares, obsoleta, otra obligación del plan diseñado que no se ha cumplido.

En paralelo, se hace imprescindible renovar el marco normativo del Concello para instaurar, mediante una ordenanza, los 30 kilómetros por hora como velocidad máxima y poner en marcha campañas formativas y de concienciación, algunas como las probadas con éxito en la ciudad que se considera el modelo a seguir, Pontevedra, como es el "metrominuto", un mapa de distancias y tiempos a pie entre los puntos destacados del municipio "que ayude a desdramatizar el hecho de caminar". Por ahora, no existe ni en formato físico ni en una app. Tampoco se ha iniciado la tramitación de una ordenanza sobre los usos de las calles, lo que ayudaría a incentivar también la utilización de la bicicleta, sin carriles específicos para ella y un servicio público de préstamo con muchas carencias.

Asimismo, los ciudadanos que quieran aparcar sus vehículos tampoco disponen de una oferta adecuada de aparcamientos, ni subterráneos ni disuasorios, al seguir siendo evidente el déficit de plazas en los barrios, acentuado con cierres de equipamientos como el de San Francisco, la fallida apertura en el CHUO o los proyectos bloqueados en A Ponte y O Couto.

Medidas para aliviar la carga de tráfico en el entorno de los centros educativos, con áreas para el estacionamiento temporal, tampoco han sido probadas, sin saberse todavía nada del Camiño Escolar.

En materia de accesibilidad, tampoco se ha desbloqueado el nuevo contrato de mantenimiento semafórico, las ordenanzas de veladores y accesibilidad o programas de rebaje en pasos de peatones, deberes en los que el cronograma fijaba un plazo de dos años.


Oportunidades


Los próximos cuatro años de mandato se antojan claves para que el plan de movilidad tome la dirección y la velocidad adecuadas. Además del nuevo contrato de transporte público, está también pendiente de licitación la concesión del agua, que llevará implícita una amplia cartera de inversiones que, según Migue Caride, contribuirán a "transformar" la ciudad, ya que además de renovar todas las canalizaciones, al levantar las calles después se podrán planificar las actuaciones a nivel, cogiendo forma las denominadas "plataformas únicas", en las que el peatón tiene total prioridad mientras los vehículos deben circular a velocidad reducida. Parque de San Lázaro, Posío, Alameda o Puente Romano, entre las zonas en las que se prevé su instauración.

Con la Semana de la Movilidad a la vuelta de la esquina, en el mes de septiembre, se abre también la posibilidad de impulsar la campaña "Hoy paseamos por mi calle", actuaciones para probar los efectos de futuras peatonalizaciones. Valle Inclán, Ramón Cabanillas, entorno del Posío o Bonhome, entre las zonas pensadas. Mucha teoría, poca práctica por el momento. 

Te puede interesar