ENTREVISTA

Sobrino: "El planeta es finito: el crecimiento continuo no encaja, necesitamos un sistema sostenible"

José Antonio Sobrino, esta semana en Ourense (XESÚS FARIÑAS).
photo_camera José Antonio Sobrino, esta semana en Ourense (XESÚS FARIÑAS).
El físico ourensano José Antonio Sobrino, ganó del Premio Rey Jaime I de Protección del Medio Ambiente. 

El cambio climático sucede "desde que el mundo es mundo". La diferencia, desde finales del siglo XIX, es la acción del ser humano, tal y como explica el físico ourensano José Antonio Sobrino (Outomuro, 1961). Después de vivir sus primeros años en la provincia, Sobrino se mudó con su familia a Valencia, donde reside en la actualidad. Desde el año 1996, cuando creó el equipo de investigación Unidad de Cambio Global de la Universidad de Valencia, estudia las alteraciones físicas del planeta. Casi tres décadas de investigaciones que avalan su conclusión como experto: "Hay que actuar ya, se habla mucho del cambio climático, pero no se actúa". Sobrino también es presidente de la Asociación Española de Teledetección (sistema de adquisición de datos de un fenómeno u objeto a distancia del mismo) desde 2013, la rama científica en la que se ha especializado. Apenas hace dos meses, su trabajo le hizo merecedor del Premio Rey Jaime I de Protección del Medio Ambiente. 

En el jurado del Rey Jaime I de este año había varios premios Nobel. Casi nada.

Sí, una alegría. Primero me nominaron algunos contactos que tengo en la NASA, que sabían de mis trabajos, y a partir de ahí me dijeron que podía entregar mi currículo. El 4 de junio, creo, me llamaron a mediodía y me dijeron que me lo habían dado, fue una sorpresa porque era la primera vez que me nominaban, así que muy agradecido y muy satisfecho. Que te den este premio también te hace pensar en que tienes que seguir trabajando en lo tuyo y dejar el pabellón bien alto. 

En la Universidad trabaja en la Unidad de Cambio Global, impulsada por usted. ¿Qué lo motivó a crearla?

Queríamos era enfocarnos en los cambios del planeta y llevamos estudiándolos desde entonces, desde 1996. Nosotros estamos especializados en teledetección, que aplicamos, entre otros aspectos, a la climatología. Los climatólogos empiezan ahora a tomarse en serio el cambio climático, cuando llevamos 30 años de recogida de datos. Antes solo podías ver las magnitudes de forma individual, ahora podemos hacer seguimiento.

¿Qué avances supone la teledetección?

Permite tener imágenes a distancia de todo el mundo en tiempo real, prácticamente. El proyecto Copernicus de la Agencia Espacial Europea utiliza la detección a traves de siete satélites que se han enviado al espacio, los "centinelas". Antes de 2027 se enviarán los 14 restantes del programa. Estos envían imágenes de diversos campos de trabajo como atmósfera, clima, seguridad, tierra o mar. Ahí hay mapas en tiempo real de incendios, de sequías, de inundación, además de estimaciones de todo tipo. Gente de NASA trabaja con los datos de estos satélites, por ejemplo.

¿Falta difusión de proyectos de este tipo?

Sí, nosotros en la Asociación Española de Teledetección tenemos como objetivo dar a conocer programas como el Copernicus. Su objetivo, de hecho, es ofrecer de forma gratuita toda esta información, tanto a los ciudadanos como a los poderes públicos. Además, ahora es muy fácil acceder a estos datos, no como antes, que el servidor no funcionaba a la perfección.

¿Qué cambios se han detectado en el planeta gracias a la teledetección?

Se ve cómo ha aumentado notablemente la superficie urbanizada, se ve el deshielo de los glaciares, la desaparición de la capa de hielo en el Ártico, cómo se va perdiendo masa de hielo en Groenlandia... También se detecta la sequía o la deforestación debido a los incendios.

¿Los poderes políticos están comprometidos?

Yo veo que hay mucha más conciencia, se ve mucho en los medios de comunicación, por ejemplo, aunque veces el lenguaje no llega o es demasiado apocalíptico y la gente cree que ya no hay nada que hacer. Se habla mucho, pero hay que actuar ya.

¿Y hay algo qué hacer?

Los que trabajamos en esto nunca estamos diciendo que venga el fin del mundo, simplemente exponemos unos datos y explicamos qué pasaría si seguimos así. Negacionistas como Trump o Bolsonaro no discuten al nivel en el que nosotros estamos discutiendo: nosotros mostramos imágenes en las que se ve el deshielo. Con datos de dos satélites americano hemos visto que en los años que van del siglo XXI la temperatura global ha aumentado un 0,3 grados Kelvin, que parece muy poco, pero es en la media. Un aumento de solo tres grados acarrearía graves problemas, se acelera el deshielo, cambian las corrientes oceánicas...

La Cumbre de París obliga a la reducción de dióxido de carbono.

Cada vez lo aumentamos más. Con ese nivel de dióxido de carbono es muy difícil reducir la temperatura. La solución es evidente, la transición energética: hay que mirar hacia las energías renovables, descarbonificar la economía... También hay que ser consciente de que vivimos en un planeta finito y el concepto de crecimiento continuo no encaja, es imposible, antes o después nos vamos a quedar sin suelo para plantar árboles, por ejemplo. Necesitamos un modelo sostenible.

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