ECONOMÍA

La plantilla del Banco Pastor en Ourense asume con “incertidumbre" la noticia de la venta

La entidad comprada por el Santander cuenta en la provincia con 24 sucursales y 103 trabajadores

La compra del Popular por parte del Santander tendrá consecuencias también en Ourense, aunque es difícil establecer por el momento hasta qué punto afectará a la red de oficinas y el mantenimiento del empleo. Según la Asociación Española de la Banca (AEB) el Popular-Pastor cuenta con 24 sucursales en la provincia. Por su parte, el nuevo dueño del Popular, el Santander, suma 30 oficinas, según la AEB, con solapamiento en muchas localidades de la provincia (sobre todo en la ciudad) lo que empujaría a cerrar alguna de ellas. Sin embargo, todo son conjeturas hasta el momento.

Rosa Conde, representante de CIG Banca, confesaba ayer que se "está a recoller toda a información para avaliar como vai afectar a compra do Popular". Sí adelantó, sin embargo, que "a duplicidade de sucursais hai que vela tamén no tipo de clientes" ya que el negocio bancario tiene diferencias entre el Popular y el Santander, lo que haría factible una coexistencia.

El empleo es la consecuencia inmediata del proceso de integración de ambas entidades. En Galicia el banco vendido tiene en torno a 1.500 trabajadores; en Ourense se queda en los 103. El mantenimiento de los puestos es un objetivo para los propios empleados y sus representantes, pero dependerá de la voluntad de la entidad compradora. Hoy mismo el Popular mantendrá una reunión con los sindicatos en los que les explicará la situación; eso sí, las futuras decisiones van a depender ahora del Santander. Aunque han preferido mantenerse fuera del foco mediático, algunos trabajadores de la entidad vendida confesaban ayer en privado que la situación abre "una profunda brecha de incertidumbre" por si se perderán empleos, aunque la compra por parte del Santander abre algunas esperanzas "por la solvencia" de una de las entidades financieras más importantes de Europa.

Por otra parte, la tranquilidad entre los clientes que tienen depositados sus ahorros en el Banco Popular es prácticamente completa, según comentaban a las puertas de una sucursal. Manuel Cid, constructor mecánico jubilado, entiende que "no me afectará a los ahorros, aunque igual me llevo un desengaño; veremos que sale al final". A Ruth, empleada de hogar, no le extraña lo que ha pasado y considera que las cosas "irán ahora mejor". "No afectará a las cuentas, otra cosa serán los accionistas", explica Juan Pumar, jubilado de Telefónica, que lleva ya 40 años con su cuenta en el Banco Popular.

Alberto García, economista que está empleado en una empresa "que trabaja con el Popular", considera que lo que se ha producido "es algo que se veía venir". Entiende que el paso dado "dará confianza a los clientes que tienen cuenta en la entidad con respecto a sus depósitos", aunque, por otra parte, considera que "aquellas empresas que tenían un operativo o algunos riesgos concertados con el banco, estarán en la incertidumbre de si se seguirán manteniendo los mismos parámetros que hasta ahora".

En este sentido, apunta que es posible que esa situación, si cambia  en esos casos determinados, "podría hacer que esas empresas derivaran hacia otras entidades bancarias, siempre y cuando les mantuviesen esas condiciones que tenían".
Considera que "la mayor incertidumbre estriba en si el Santander mantendrá la misma línea operativa que tenía el Popular con las pequeñas y medianas empresas, porque la entidad tenía muchas pymes, eran su fuerte, y tenía productos directamente destinados a este sector".

En todo caso, considera que "lo apalabrado con el banco se debe cumplir, otra cosa será lo que ocurra de cara al futuro en esa línea de actuación que decida el Santander para la nueva entidad conjunta". En este sentido, Rosa Conde apunta que "non creo que mude moito a actual liña, tendo en conta a forte implantación que o Popular ten no mercado provincial grazas a ela".

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