PAGO EN PESETAS

La plaza de abastos recoge 400.000 pesetas al trimestre

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photo_camera Un cartel en la plaza de abastos anuncia que todavía admite el pago en pesetas.

Trece años después de la desaparición de la vieja moneda, todavía admiten el pago con ella

En el año 2002, y tras 133 años de vida, la peseta entregó el testigo al euro. Pero el tránsito es aún muy relativo porque trece años después aún hay quien paga en pesetas y comercios que las aceptan. "Hombre, de nuevo tú por aquí". Quien así se expresa es Miguel, un ourensano del barrio de O Couto y que trabaja como cajero del Banco de España en A Coruña que ayer recibía en la sede de la entidad emisora a Alberto González, gerente de la plaza de abastos de Ourense. Cumplía el representante del mercado con la costumbre de ir cada tres o cuatro meses a cambiar pesetas por euros. Ayer, un pellizco: casi 400.000 pesetas (unos 2.400 euros).

La plaza de abastos empezó hace cuatro años una campaña por la que se aceptaba el pago en la vieja moneda. "Fue por el empeño de un comerciante y yo fui el primero que no creía en ella", reconoce Alberto, y la realidad le ha demostrado que estaba equivocado porque al principio llevaba a cambiar cerca de un millón de pesetas (6.000 euros) cada trimestre, aunque luego la cantidad fue menor.

Casi a diario hay clientes que acuden al mercado principal de la ciudad con pesetas para pagar el importe de su compra y, dado el éxito de la iniciativa, raro es el placero que no acepta la vieja rubia como moneda legal. "Hay gente que llega con billetes de diez mil pesetas, gente que se encontró de sorpresa monedas o billetes", razona el gerente de la plaza de abastos para justificar la cantidad de transacciones que todavía se pagan con antigua divisa.

Pero, como él reconoce también, lo más habitual es que algún coleccionista se quedó con billetes o monedas para preservar la memoria monetaria de España "y ha tenido que desprenderse de ellas por culpa de la crisis, porque las necesitaba para hacer la compra de alimentos". Es el lado más crudo de la anécdota. Los comerciantes de la plaza de abastos hacen balance y están contentos con la evolución de esta iniciativa. Hoy, posiblemente haya más clientes que vayan a la plaza a comprar en pesetas. Dentro de tres meses, otro viaje al Banco de España.

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