COMERCIO LOCAL

La Plaza urge poner fin al “vía crucis" de su reforma integral

El proyecto, en cartera desde hace más de 25 años, sigue lastrado por vaivenes políticos y técnicos

Más de un cuarto de siglo después de ponerse sobre el tapete por primera vez y cuando parecía que ya tenía todo el camino despejado para convertirse en realidad, la reforma integral de la Plaza de Abastos número uno de Ourense sigue condicionada por los vaivenes políticos y técnicos, convirtiendo el desarrollo de esta actuación en un auténtico "vía crucis" al que urge poner fin, dado el carácter estratégico de renovar un edificio emblemático en el corazón de la ciudad, clave en el impulso de todo el entorno de As Burgas.

Este mediodía, el alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, tiene previsto reunirse en Madrid con el subdirector general de Arquitectura e Edificación del Ministerio de Fomento, Luis Vega Catalán, para abordar el proyecto de la Plaza de Abastos, que en 2015 recibió una subvención del Gobierno central de 3,6 millones para costear el 65% de la inversión prevista (5,5 millones), ayuda que según dijo el regidor la semana pasada "está ya perdida, pero vamos a intentar recuperar", señalando directamente al anterior grupo de gobierno, del PP, por no desbloquear la obra, que dejó en el aire en caso de que hubiese que acometerla solo con fondos del Concello.

Sin embargo, la versión esgrimida por Jácome choca frontalmente con la que manejan el PP y el PSOE, formaciones que en su día unieron sus votos en el pleno para blindar la reforma independientemente de la subvención, pero también el gremio de los comerciantes que trabajan en el mercado, desplazados temporalmente a la Alameda dentro de un edificio provisional que costó 660.000 euros al Concello. Según explican, hay una prórroga concedida por parte de Fomento.


Las trabas del interventor


Aunque los diferentes gobiernos que ha tenido la ciudad desde que se proyectó la reforma de la Plaza tienen su cuota de responsabilidad, el expediente de esta obra también ha sufrido importantes reveses en los despachos de los técnicos.

Especialmente sensible ha sido la función desarrollada por el interventor municipal, Gonzalo Alonso, que al igual que sucede en otras muchas cuestiones del día a día de la administración, es clave para lograr el desbloqueo.

Así, en su momento exigió al pleno la aprobación de un compromiso de gasto para poder sacar a concurso la rehabilitación y, pese a que este fue aprobado en octubre de 2017, no pudo ser licitada hasta un año después.

Por el camino, como dijo el anterior alcalde, Jesús Vázquez, en varias ocasiones, el expediente bailaba entre los departamentos de Contratación e Intervención al exigir este último correcciones al mismo sucesivamente. "Siete veces nos lo devolvió", señalan desde el anterior grupo de gobierno, subrayando además que "a veces tardaba meses" en comunicar sus apreciaciones.


Adjudicación en "stand by"


Los retrasos no pararon ni siquiera cuando la obra salió a concurso en septiembre de 2018. Tras la fase de recepción de ofertas y el preceptivo análisis técnico realizado por la arquitecta municipal, que dada la complejidad del proyecto se demoró unos cuatro meses, fue enmendado por el interventor en una mesa de contratación, al observar una "insuficiente motivación" en lo que se refería a la cuantificación y justificación de las puntuaciones propuestas para las seis licitadoras.

En aquella reunión, el interventor también realizó algunas puntualizaciones sobre la tramitación del expediente, señalando ausencias en el mismo de los acuerdos adoptadas para ampliar el plazo de presentación de ofertas y del requerimiento a la arquitecta municipal para que emitiese la evaluación técnica de las propuestas, cuestiones a las que la edil de Contratación, Ana Fernández Morenza, dio cumplida explicación.

Superados estos problemas, todo parecía quedar encarrilado para proceder a la adjudicación de la obra a la empresa Acciona, la mejor puntuada, pero sigue pendiente la fiscalización de Intervención, a la que no se envió la propuesta "al considerarse impropio enviarla a sabendas de que esta vai ser reparada", recoge el acta de la reunión de la última mesa de contratación celebrada hasta la fecha.

Según señalan fuentes conocedoras de este procedimiento, el interventor realizó un reparo para asegurar que se había perdido en diciembre de 2016 el dinero habilitado para acometer la rehabilitación, lo que le impediría avalar la adjudicación, posicionamento con el que no concuerdan en el gobierno municipal, al entender que los fondos están garantizados en las cuentas, con prórroga de la subvención incluida. Puntualizan además que el funcionario nunca realizó estas consideraciones antes de iniciarse el expediente de contratación, algo que sucedió más allá de 2016.


Plazos y Alameda


La rehabilitación del edificio de la Plaza de Abastos tiene un plazo de ejecución de 22 meses, aunque la empresa mejor valorada en el concurso se ha comprometido a reducirlo a 18 meses. Sin embargo, concluir esos trabajos no supondría el regreso de los placeros, ya que el inmueble quedaría totalmente vacío y habría que realizar los trabajos de distribución y equipamiento de puestos. Mientras, los ciudadanos siguen penalizados por la ocupación de la Alameda, que seguirá ocupada durante todo el tiempo que no finalice el proceso de una rehabilitación que se ha convertido en un auténtico dolor de muelas. 


Los retrasos, una constante en la tramitación de esta actuación estratégica


Aunque fue a principios de la década de los 90 del siglo pasado cuando se esbozó la mejora de la Plaza de Abastos, la idea cogió fuerza en 2008, cuando el bipartito PSOE-BNG se asentaba al frente del Concello y encargó un anteproyecto al arquitecto Alfredo Freixedo, profesional al que sería adjudicado cuatro años después el proyecto básico y de ejecución.

Sin embargo, las diferencias entre las ideas de Concello y comerciantes no facilitaron la ejecución de la reforma integral, sino que las actuaciones en el edificio se limitaron a mejoras menores.

Fue en 2015 cuando, aprovechando la convocatoria del 1,5% cultural del Ministerio de Fomento, se consiguió la subvención de 3,6 millones y se reactivó la iniciativa de rehabilitar el mercado, lanzándose el procedimiento del edificio provisional a mediados de 2016, un concurso tampoco exento de demoras dado que las obras no se iniciaron hasta junio de 2017, inaugurándose la Plaza provisional hace ahora un año cuando el primer plazo apuntaba a finales de 2017. 

En datos
1993
Año en el que se puso sobre la mesa por primera vez la reforma de la Plaza de Abastos.
2008
El bipartito PSOE-BNG encarga un anteproyecto para reformar el mercado.
2012
Encargo del proyecto básico y de ejecución.
2015
Concesión de la subvención de 3,6 millones por parte del Ministerio de Fomento.
2016
Concurso del edificio provisional.
2017
La Alameda está ocupada por la Plaza provisional desdesde que arrancaron las obras en junio de 2017.
5,5 millones
Inversión prevista en la reforma.
18 meses
Plazo de ejecución.

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