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El plomo dispara el robo de baterías de camiones en la provincia

Valdeorras es la que más sustracciones registra, tres en los últimos dos días

El precio del material de plomo, entre 0,82 y un euro el kilo, está disparando los robos de baterías de camiones en los aparcamientos y talleres de la provincia. El plomo es uno de los principales componentes de las baterías que, en el caso de los camiones (suelen llevar dos), según fuentes de la Guardia Civil, no están escondidas en el interior del motor como en el resto de vehículos, están en el exterior de la cabina, lo que facilita la sustracciones. "Roban las dos y  hasta que un mecánico instala unas nuevas, tienes que estar parado", apuntó uno de los camioneros afectados, Juan Fernández, con domicilio en Monterrei.

La comarca de Valdeorras está siendo la más afectada por las sustracciones, tres en los últimos dos días, después de que los camioneros estacionaron sus vehículos en la avenidas do Sil y el Bierzo (O Barco). Los delincuentes también accedieron en la madrugada del pasado día 1 a un taller de Rubiá, en el que se apoderaron de varias baterías.

En el  negocio sospechan que la sustracción de las piezas fue para revenderlas. "Solamente se llevaron las que eran nuevas. Las que ya habían sido utilizadas las dejaron", apuntaron en el taller.

Los camioneros, a la hora de adquirir una batería para su vehículo, puede escoger entre varios precios, desde 160 hasta 500 euros.

En la Guardia Civil no descartan que parte de los también denominados acumuladores sustraídos sean destinados a la venta en el mercado negro, pero centran la investigación en el negocio de material de plomo para identificar a los ladrones. "La demanda de plomo aumentó porque hay poca producción en el mercado europeo a causa de que es un material contaminante y está siendo muy vigilado", aseguraron fuentes de la investigación.

Desde que comenzó el año se registraron robos en todos los puntos de  la provincia. Los delincuentes, además de camiones, sustrajeron baterías en retroexcavadoras y palas cuando estaban siendo utilizadas en las obras del tren de alta velocidad (AVE) y en trabajos forestales y agrícolas. "No solo es el robo de las baterías, son los daños que causan en el vehículo", lamenta Juan Fernández, recordando que muchos transportistas suelen buscar lugares seguros, áreas de servicio y calles con iluminación, para aparcar  y evitar sustracciones. 

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