Artur Nunes es el presidente de la comunidad de nueve municipios que impulsa una autovía a A Gudiña y un aeropuerto a apenas 60 kilómetros de la frontera. "Nos están tomando en cuenta, pero es importante que quede plasmado en el plan de inversiones. Si no está plasmado, no se hace".
Es el presidente de la comunidad nueve municipios que impulsa una autovía a A Gudiña y un aeropuerto a apenas 60 kilómetros de la frontera. "Nos están tomando en cuenta, pero es importante que quede plasmado en el plan de inversiones. Si no está plasmado, no se hace".
¿Qué reclama Trás-os-Montes?
Tenemos una propuesta para reclamar tres conexiones: de Bragança a Puebla de Sanabria; la IC5 a Zamora, y la conexión de Vinhais a A Gudiña. Y son las tres compatibles. Además, pedimos la construcción del aeropuerto regional en Bragança, que sería complementario al de Oporto, con ampliación de pista y servir como segunda opción para el norte de Portugal, y un aeropuerto más cercano para Galicia.
¿Es receptivo el Gobierno luso?
De momento solo está contemplada la conexión IC5 a Zamora en el plan de inversiones. Pero estamos reclamando es que se incorporen las otras. Lo que no vamos a hacer es nosotros nuestro trabajo y luego España que no haga el suyo, necesitamos un borrador aprobado por los dos países. Estamos haciendo uno en esa comisión de trabajo para que los dos gobiernos den su visto bueno en las próximas cumbres. Esas son nuestras pretensiones, España también debe poner las suyas. No adelantamos si ponemos las nuestras y España ni siquiera lo plantea.
¿El AVE es un incentivo?
Sí. Queremos llegar lo más lejos posible en la conexión con España. Tenemos una mala experiencia en Quintanilha –frontera con Zamora–. Hicimos un puente y España aún no ha decidido qué hacer. Nosotros no podemos llegar a la frontera y esperar que España decida si se va a hacer en 20 o 30 años. El objetivo es acercar nuestras poblaciones, ganar en movilidad. Lo que queremos es un plan de movilidad trasnfronterizo, que la gente tenga distintas opciones, que pueda elegir ir en coche, tren o avión. Si le damos esta garantía, atraeremos población a nuestros territorios, que sufren la despoblación. Cualquier disculpa es buena para luchar contra ello.
¿Y el aeropuerto tendrá futuro?
Sería una alternativa a Oporto, al que hemos sobrecargado. Tendríamos una segunda opción en Bragança y permitiría a la gente entrar por aquí y desplazarse al resto de Portugal o a Galicia. A la gente de Ourense le quedaría incluso más cerca.
