La Policía Nacional ha abierto una investigación para esclarecer en qué circunstancias se produjo la caída del menor de cuatro años desde la tercera planta de un inmueble emplazado en la ciudad, entre las calles Otero Pedrayo e Iglesia Alvariño, el pasado lunes.
Los efectivos policiales, que intentan ahora indagar en lo ocurrido, no descartan, dadas las escasas lesiones que presentó el menor, de rasgos asiáticos, que pudiese haber 'trepado', según fuentes del Cuerpo Nacional de Policía, por algún elemento de la fachada, sin caer de pleno al vacío. También barajan la posibilidad de que el niño, que ayer a la tarde permanecía en una planta del Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO) tras su ingreso en la UCI Pediátrica del este centro, pudiese precipitarse al vacío, aunque siendo frenada su caída por algún obstáculo.
Sea como fuere, los investigadores atribuyen el suceso a 'un accidente fortuito' y recalcan, eso sí, que no hubo detrás intervención alguna de terceras personas. Asimismo, tras relacionar el siniestro con un posible 'despiste' de sus cuidadores, hacen referencia a que, aunque no se conocen los detalles de cómo pudieron ocurrir los hechos, sí se sabe que el niño sufrió lesiones de escasa entidad si se tiene en cuenta que 'pudo ser mortal'.
Por su parte, fuentes cercanas al caso confirmaron que las pruebas médicas que se le efectuaron 'no revelaron traumatismos graves' y que, además, su estancia en la UCI fue breve (ingresó en ella a última hora del lunes y a primera hora de la mañana de ayer ya la había abandonado).
El suceso ocurrió poco antes de las diez de la noche, cuando los agentes fueron alertados de que el menor se había precipitado supuestamente de una ventana del inmueble número 40 de Otero Pedrayo, cayendo hacia la calle de Iglesia Alvariño, enfrente al número 2, en las traseras del inmueble.
Los servicios de emergencias lo toparon en estado consciente y fue una ambulancia medicalizada del 061 la que lo trasladó al hospital, con un primer pronóstico de gravedad.
El caso podría cerrarse de forma inminente, al apreciarse que no intervinieron terceras personas.
Sea como fuere, los investigadores atribuyen el suceso a 'un accidente fortuito' y recalcan, eso sí, que no hubo detrás intervención alguna de terceras personas. Asimismo, tras relacionar el siniestro con un posible 'despiste' de sus cuidadores, hacen referencia a que, aunque no se conocen los detalles de cómo pudieron ocurrir los hechos, sí se sabe que el niño sufrió lesiones de escasa entidad si se tiene en cuenta que 'pudo ser mortal'.
Por su parte, fuentes cercanas al caso confirmaron que las pruebas médicas que se le efectuaron 'no revelaron traumatismos graves' y que, además, su estancia en la UCI fue breve (ingresó en ella a última hora del lunes y a primera hora de la mañana de ayer ya la había abandonado).
El suceso ocurrió poco antes de las diez de la noche, cuando los agentes fueron alertados de que el menor se había precipitado supuestamente de una ventana del inmueble número 40 de Otero Pedrayo, cayendo hacia la calle de Iglesia Alvariño, enfrente al número 2, en las traseras del inmueble.
Los servicios de emergencias lo toparon en estado consciente y fue una ambulancia medicalizada del 061 la que lo trasladó al hospital, con un primer pronóstico de gravedad.
El caso podría cerrarse de forma inminente, al apreciarse que no intervinieron terceras personas.
