El fallecido, José Antonio G. R., era oriundo de Portugal y tenía 52 años. Era asiduo en el recinto junto con otros toxicómanos, que aseguraron que fue golpeado
Un vecino de la ciudad, José Antonio G.R., de 52 años, natural de Portugal, fue hallado muerto a primera hora de la tarde de este lunes sobre uno de los bancos del parque de San Lázaro, los más cercanos a la barandilla que separa el espacio de recreo de la calle Curros Enríquez.
Los agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta de la Comisaría de Ourense mantienen una investigación abierta para esclarecer las causas del fallecimiento. Antonio solía frecuentaba el lugar, junto con varios compañeros toxicómanos, que en la tarde de este lunes alertaban a los investigadores que había sido agredido por una persona a la que no llegaron a identificar, que lo había golpeado cuando se encontraba sentando.
Los agentes tomaron notas de todo lo que testificaron los compañeros del fallecido, pero inicialmente no les dieron mucha credibilidad, máxime cuando todos ellos estaban presumiblemente bajo los efectos de bebidas alcohólicas u otras sustancias. Precisamente, la presencia habitual de estas personas en el parque ha sido objeto de continuas quejas por parte de usuarios y vecinos de la zona, sin que hayan surtido efecto.
El fallecido, que era conocido en el ambiente policial, presentaba varias heridas en el rostro, pero los policías las atribuyeron en un principio, a falta de conocer el resultado de la autopsia, a los golpes que se ocasionó hace unos días, tras arrojarse por las escaleras del mismo parque de San Lázaro.
Los investigadores, además, consideran que las heridas no parecían tan fuertes como para provocar la muerte. Las primeras hipótesis apuntan a que pudo haber fallecido por causas naturales, dado que, según fuentes de la investigación, padecía enfermedades infecciosas de las que estaba en tratamiento.
Un viandante fue el que alertó del cadáver recostado en el banco. Al lugar acudieron varias patrullas de la Policía Nacional y Local, que cerraron los accesos al parque desde las calles Curros Enríquez y Paseo. Los agentes también cerraron el parque infantil que hay en la zona (está a unos 20 metros del banco en que se produjo el óbito) y los servicios públicos y desalojaron a los compañeros con los que solía estar el fallecido. Al mismo tiempo, los agentes de la Policía Nacional inspeccionaban buena parte del parque a la búsqueda de pruebas que permitan esclarecer la muerte y determinar si fue violenta.
Sobre las seis de la tarde, las autoridades judiciales ordenaban el levantamiento del cadáver y su traslado al CHUO para realizar la autopsia.
