Pontevedra y A Coruña son mercados preferentes para invertir en vivienda

photo_camera Pese a las inversiones fuera, más del 80% de las compras ourensanas se realizan en la provincia
Los ourensanos mantienen un importante poder de compra foránea, con Madrid como tercera plaza más atractiva

La mayoría de las operaciones de compra de vivienda se dan en la propia provincia. Sin embargo, hay un número significativo de adquisiciones fuera de ella, de la misma forma que hay una cantidad importante de personas que residiendo fuera vienen a comprar a Ourense. Explicado en cifras: en el primer trimestre de este año los ourensanos compraron 450 viviendas, 388 de las cuales fueron compradas por residentes ourensanos, 31 en Pontevedra, 10 en A Coruña o 5 en Madrid. 

En sentido contrario, en el mismo periodo 7 residentes en Barcelona, otros tantos madrileños y 25 pontevedreses han invertido en vivienda en Ourense. Así lo pone de manifiesto el Ministerio de Fomento en el análisis de los datos de compraventa.

¿Cuáles son los motivos por los cuales se producen esas adquisiciones? Tres, según fuentes del sector inmobiliario: por una parte, necesidades residenciales por razones de un traslado y, por otra, por una oportunidad inversora en plazas en las que la revalorización inmobiliaria está más asegurada que en Ourense. Y en cuanto a la tercera, las comunicaciones, que mejoran la permeabilidad de los territorios y ofrecen proximidad, lo que facilita las compras.

La provincia de Pontevedra sigue siendo la extensión natural de las inversiones inmobiliarias ourensanas, situándose A Coruña en la segunda plaza y Madrid en la tercera posición en el cómputo de las operaciones inmobiliarias suscritas por ourensanos.

Si tomamos en su conjunto los datos del 2018 la perspectiva apenas cambia. En ese ejercicio se vendieron en la provincia 1.907 viviendas, de las cuales 1.621 fueron de ourensanos que compraron en su provincia, pero también se compraron 174 en Pontevedra y 58 en A Coruña como principales plazas receptoras de la inversión. Es decir, la mayor parte de las ventas (el 85%) se produjeron a residentes en Ourense, pero también una de cada 11 transacciones se realizaron para viviendas compradas en la provincia de Pontevedra y una de cada 33, en la de A Coruña.


La crisis


Estos mercados han sido siempre preferentes entre el comprador ourensano, con ligeros cambios desde la crisis. En el 2007, el año de inflexión en el crecimiento inmobiliario, las ventas fueron mucho mayores —3.721 viviendas en la provincia—, con un 83% de las adquisiciones hechas por ourensanos en la provincia, mientras que las adquiridas entonces en Pontevedra eran un 7%; en A Coruña, un 3,9% y en Madrid, un 0,6%.


El momento “emocional" del que vive fuera y decide comprar aquí


Los datos del Ministerio de Fomento también hacen referencia al proceso inverso, el de las compras de vivienda en la provincia por parte de residentes en otras. El saldo entre las compras efectuadas por los ourensanos fuera y las de habitantes de otras provincias aquí es favorable al primero de los extremos: hay más interés por comprar fuera.

El sector inmobiliario aprecia "cierto componente emocional" en este tipo de adquisiciones, homologables a personas que regresan a la provincia después de estancias profesionales en otra. Sea como fuere, Fomento certifica que en el año 2018, de las 1.907 viviendas transmitidas y hace especial énfasis en la irrupción de madrileños en la compra, con 66 ventas en todo el ejercicio, lo cual les sitúa como la principal opción, seguida por la provincia de Pontevedra, con 53 operaciones e irrumpe Barcelona, con 51 compras en Ourense hechas por ciudadanos residentes en la provincia catalana.

El interés por comprar aquí también tenía un similar comportamiento en el año 2007, por lo tanto antes de la crisis. De las 3721 operaciones cerradas en aquel momento, 141 las hicieron residentes en Barcelona (3,7% del total); 116 en Pontevedra (3,1%) y 96 en Madrid, que cede hasta la tercera posición, con el 2,5% del total.

En el sector inmobiliario se interpreta estos datos como la evidencia de que "antes de la crisis se vendía todo y en casi todos los lugares". Incluso más: "Buena parte de las compras las formalizaban personas que se habían ido a vivir fuera y compraban pensando en disfrutar de una propiedad en vacaciones o al jubilarse".


Sanxenxo, Portonovo o Baiona,  lugares de compra en la costa


No hay ourensano que pretenda pasar desapercibido en cualquier lugar de la costa pontevedresa. Le sería imposible. Zonas como Baiona, Playa América, Sanxenxo, Portonovo, O Grove o San Vicente do Mar son lugares dominados por la sonrisa del saludo entre paisanos. Las preferencias de los habitantes de la única provincia sin mar por la costa pontevedresa viene de lejos tanto para pasar unos días de vacaciones como para adquirir una segunda vivienda. "Sin duda, de cada diez operaciones de venta de apartamentos que hacemos, al menos dos o tres son adquiridas por ourensanos", indica Josina Silva, de la inmobiliaria Tovar de Sanxenxo. En otros lugares, el porcentaje crece significativamente: "Te podría decir que en los últimos cuatro años la mitad de las viviendas que vendimos son a ourensanos", añade Candela Cabello, de la Tierra Mayor, una sociedad de servicios inmobiliarios de la Baiona. Similares respuestas se pueden obtener en Portonovo, San Vicente do Mar o Playa América.

La costa de Pontevedra es la playa de Ourense, su salida natural al mar. Candela encuentra al menos dos razones para justificar la querencia por Baiona: "el clima es más suave que en Ourense y esto es como una extensión de su propia casa, está cerca y hay quien va y viene todos los días".

Son, además, lugares en los que los ourensanos han invertido en fuertes sumas de dinero en bienes inmobiliarios. "Ourense siempre ha sido y es un mercado muy importante", reconoce Josina Silva, desde Sanxenxo. "Es muy buen cliente, tanto en compra como en alquiler", añade.

De las operaciones inmobiliarias que se hacen en la actualidad, un 30% son hechas por personas de fuera de Galicia, un 60% son gallegos y un 10% son de fuera de España, "sobre todo portugueses, un mercado que está ganando muchos enteros", según la experiencia de esta profesional de Sanxenxo.

Perfiles

¿Y cuál es el perfil del comprador ourensano que opta por estas ubicaciones? Miméticamente se repite en las zonas consultadas: personas ya de edad madura, con hijos en torno a la veintena, próximos a jubilarse o jubilados ya. Desde el punto de vista social, también coincidencias: economías medias o decididamente desahogadas en la mayoría de los casos, con poca necesidad de hipotecarse para comprar. Algunos casos, ni eso siquiera: "Todos pagan al contado, no hemos tenido clientes ourensanos que hayan tenido que pedir crédito", responde sin pensarlo Candela Cabello, de la inmobiliaria Tierra Mayor de Baiona.

Aunque sin esos valores tan rotundos en el resto de plazas de costa la respuesta se parece mucho. Eso sí, la crisis ha atenuado la voluntad de comprar y ha vuelto al inversor más conservador. A fin de cuentas se trata de segunda vivienda. Los precios, después de la volteo de la crisis, se han corregido y desde hace tres o cuatro años se han congelado. "Eso sí, el que busque gangas, que se vaya desengañando", dicen casi al unísono en la costa pontevedresa.


Los precios siguen congelados y el repunte de actividad es muy limitado


"Se va vendiendo". Con cierta resignación se interpreta el momento inmobiliario en la costa en la que más interés tienen  los ourensanos a la hora de comprar: Sanxenxo. Josina Silva resume así el momento al que se enfrentan cada día los profesionales de las agencias imobiliarias. Y agrega: "El repunte que se ve en otras zonas de España como Madrid o Levante aquí no se percibe". Siempre fue obvio el interés de los ourensanos de contar con segunda residencia en las Rías Baixas, pero dista el escenario de ser el de los años anteriores a la crisis. El sector coincide en interpretar que los precios cayeron hasta el 2013 y desde entonces tomaron un leve repunte, "pero se han estabilizado".

Al otro lado de la ría, en Baiona, Candela Cabello aprecia que "los precios no repuntan, están más o menos en la misma valoración de hace tres años". Tiene claro que "ya no se puede ganar lo de antes" tanto en las operaciones de vivienda nueva como de usada. Además, el temor a una nueva burbuja inmobiliaria retrae muchas inversiones, también en la costa. Aún así, las Rías Baixas siguen siendo refugio inversor en segunda vivienda para los ourensanos. En ese extremo nadie tiene duda. La fidelidad a esa zona de costa se sigue percibiendo hoy igual que antes de la crisis del 2007.

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