El presidente de O Cimborrio: “Nuestro descanso depende de la caridad de los que salen: si lo respetan o no"

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photo_camera El presidente muestra una de las múltiples reclamaciones presentadas.
El presidente de la asociación, que prefiere no dar su nombre ni foto por miedo a represalias –no es la primera vez que los inquilinos de la zona reciben amenazas de algún hostelero–, asegura que el problema es "político"

La "fiesta" nocturna del Casco Viejo se traduce, en gran parte de las viviendas del barrio, en falta de descanso ventanas hacia adentro. La falta de cumplimiento de las licencias nocturnas y de la normativa de ruidos de algunos locales, los pocos efectivos de la Policía Local y la ausencia de una ordenanza que prohíba el botellón provocan una "profunda sensación de indefensión" entre los vecinos. El presidente de la asociación O Cimborrio, que prefiere no dar su nombre ni foto por miedo a represalias –no es la primera vez que los inquilinos de la zona reciben amenazas de algún hostelero–, asegura que el problema es "político". "No se trata de una lucha entre ciudadanos, ni una guerra con los dueños de lo locales. La culpa es de los políticos que han gobernado en la ciudad y que no han hecho nada por cambiar la situación", afirma.

¿Cuántas horas de media pueden dormir un día de “fiesta"?

Depende del día, claro. A veces consigues dormir, pese a los gritos, pero de repente te despiertas con la vibración de los bajos de la música en el cuerpo. Nuestro hijo duerme fuera de casa varios días, porque queremos que descanse. Es frustrante, pero tal y como estamos, dependemos de la caridad de que tú como persona que sales por la noche decidas no gritar y respetar el descanso de los demás. 

¿Qué quiere O Cimborrio?

Recuperar el barrio y evitar la degradación del mismo, nos han robado el Casco Viejo. La mayoría de gente cuando llega el fin de semana piensa "qué alegría", pero los vecinos pensamos en que nos tenemos que ir de casa para dormir. Nos llaman amargados, pero aquí nadie va en contra del ocio, pero sí en contra de la impunidad ante las irregularidades. A los jóvenes hay que dejarles espacios de ocio, claro está, pero no lo que hay ahora.

En el año 2002 el Casco Viejo se denominó “zona saturada de ruidos", ¿se protegió desde entonces?

Esta es una Zona Acústicamente Saturada (ZAS), pero aquí ningún político ha hecho nada en 17 años. Lo único, unos micrófonos colocados en las calles para medir el ruido, pero claro, viene la Policía y ¿a quién identifica? Es cierto que ahora se ha bajado un poco el nivel de ruido, pero todos los locales que hemos denunciado en el Concello desde marzo incumplían la normativa. 

¿En qué sentido?

Por no tener limitador de potencia, tener los sonómetros estropeados, no cerrar a su hora, funcionar como pub teniendo solo licencia de café bar, mantener las puertas abiertas, no cumplir el aforo, dejar que los clientes tomen su copa en la calle... Hacen uso privado del espacio público, de todos. La calle la toman como una prolongación de su local, y no puede consentirse. 

Llaman a la policía habitualmente, muchos vecinos se quejan porque no acuden. 

El pasado fin de semana nos llegaron a decir que esta era una zona de ocio, y que por tanto la gente venía aquí a pasárselo bien. Pero esto no es una zona de ocio, porque si así estuviese definida aquí no habría viviendas. Los ciudadanos estamos desprotegidos, todos. Es cierto que tienen falta de efectivos pero, ¿qué hacemos nosotros entonces?

Presentar reclamaciones.

Solo dos de todas las que hemos puesto han tenido respuesta... dos. Había un local en O Correxidor que llevaba 11 años ejerciendo como pub con licencia de café bar, y otro que llevaba cuatro años, y de momento el Concello no ha puesto ninguna sanción. 

¿Qué plantean ustedes?

Hombre, que cierren todos aquellos que no cumplen la licencia y que los que queden estén insonorizados, cumplan todas las normativas y sean sitios seguros, con un sistema de evacuación correcto. Parece que hasta que no pase algo grave el Concello no va a hacer nada para cambiar la situación. Ahora nos dicen que la culpa es de los clientes, pero resulta que hay un decreto ley (320/2002) que señala que si el cliente hace mucho ruido, es el propio local el que tiene que avisar a la policía. 

¿Ofrece esperanza la comisión contra el ruido y la nueva ordenanza?

Si el gobierno local dice que no hay efectivos para hacer cumplir la ordenanza actual... ¿qué va a hacer cuando haya la nueva? La cuestión es que ya tenemos una ordenanza, pero hay total impunidad. 

El botellón en la plaza del Trigo duró poco.

Porque había un grupo de hosteleros a los que molestaba, y claro, nos preguntamos si su opinión valió más que la nuestra ahora.

¿Cuál es la última bala?

No queremos, pero si nada cambia llevaremos el asunto ante los tribunales. El Concello tiene que hacer cumplir las normas.

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