Un interno del centro penitenciario de Pereiro de 72 años, que cumplía condena por delitos contra la seguridad vial, murió el pasado jueves tras sufrir un infarto fulminante pocas horas después de ser vacunado contra el covid-19 con una dosis de Janssen. El fallecido, con otras patologías previas, había sido vacunado esa misma mañana en la prisión. Pese a que el personal sanitario del centro intentó reanimarlo, no pudieron hacer nada por salvarlo, ya que falleció poco después. Hasta el momento, no se confirmó que la vacuna tuviera relación con el óbito y está en estudio.
Asimismo, una vecina de Viana sufrió otro infarto el lunes cuando se dirigía al trabajo en una casa. Una patrulla de A Veiga de la Guardia Civil la vio realizar movimientos extraños cuando caminaba al pie de la carretera en Alto do Covelo hasta que se desplomó. Esa mañana se había vacunado en el Hospital Valdeorras.
