Con el debate de nuevo en la calle y una nueva concentración convocada por la plataforma Tren Digno para reivindicar la recuperación del proyecto de estación intermodal de Ourense que ganó el concurso en 2011, al entender que el actual, ya en obras, no mejorará la situación actual, un informe encargado por la Xunta desaconseja totalmente la propuesta inicial capitaneada por el arquitecto Norman Foster.
"Supone mayor incertidumbre presupuestaria, similar repercusión en la generación de barreras entre barrios, intermodalidad poco ágil y efectiva y tiene similar repercusión en la generación de barreras entre barrios", concluye el trabajo elaborado por arquitectos e ingenieros del Grupo Proyfe tras analizar diferentes aspectos de la idea original, reformulada en 2016 tras el convenio firmado entre Concello, Xunta y Gobierno central.
La propuesta que se impuso en el concurso contemplaba la remodelación completa de la playa de vías y cambio del trazado actual, trasladando los andenes a la zona más próxima a Río Arnoia, lo que supondría la eliminación de la zona de mercancías, demolición de edificios auxiliares y liberación total de los terrenos próximos a Eulogio Gómez Franqueira, actuándose en más de 140.000 metros cuadrados.
"No existe ningún estudio de viabilidad ni valoración del impacto en las vías, sin previsión de qué hacer con las mercancías", sostienen los autores del informe en relación al emplazamiento.
Uno de los puntos más polémicos del proyecto actualmente en tramitación es el muro en la avenida de Marín para posibilitar el cubrimiento de las vías, con diferencias de cotas que serían de hasta ocho metros de acometerse la idea original de Foster, "teniendo que resolverse con taludes ajardinadas o muros, provocando una barrera visual".
Los estudios realizados por los técnicos de Proyfe reflejan también que tres de los cuatro itinerarios peatonales no serían accesibles para personas con movilidad reducida, "bien por la existencia de escaleras o por pendientes superiores al 6%". Estos desniveles influirían también en los servicios de carga y descarga de pasajeros.
Asimismo, entienden arquitectos e ingenieros autores del estudio que el cambio de ubicación de la estación de autobuses, infraestructura muy cuestionada en la actualidad por su cercanía al centro de salud, supondría la construcción de un nuevo vial de unos 600 metros de longitud, "incrementando los recorridos de los autobuses por la ciudad y generando una compleja conexión con la red viaria de difícil solución".
La intermodalidad y las formas de conexión entre las estaciones y andenes son otros elementos analizados por Proyfe en su informe, señalando como aspectos negativos que la movilidad tenga que realizarse entre espacios a diferente cota "frente a la solución actual". Destacan que en el proyecto ya en ejecución apenas hay un recorrido de 100 metros para cambiar de transporte, mientras que en el original de Norman Foster "se realiza en tres alturas y con una distancia de al menos 600 metros, lo que hace que sea una intermodal poco ágil e incómoda".
Con todos estos datos sobre la mesa, la conclusión de los autores del informe es que el proyecto de 2011 "tiene una complejidad técnica y funcional para la compatibilización entre los trabajos", entendiendo que habría serias complicaciones para mantener el servicio ferroviario.
Además, se refieren a la "elevada" inversión presupuestaria, puntualizando que "aunque la memoria presentada hablaba de una valoración de 60 millones, posteriormente se estimó un gasto necesario de 240 millones.
