ATAQUE TERRORISTA

‘Por primera vez pensé que podía morir'

<p>Alexandre González se hacía un tranquilo selfie en el Stade de France antes del partido.</p>
photo_camera Alexandre González se hacía un tranquilo selfie en el Stade de France antes del partido.

Es el relato de Alexandre González, un ourensano que vivió el viernes, desde la grada del Stade de France y en primera persona, el momento más triste y confuso de París.

Alexandre González, un joven ourensano con orígenes franceses, compró las entradas para ver a los bleus contra la selección alemana porque, como cualquier viernes noche en París, había que buscar un buen plan. Noche anticiclónica en la tribuna alta de la parte oeste del estadio, “cerca de donde estaba sentado Hollande”, dice.  

“Una primera explosión bastante fuerte que venía de fuera del estadio. Todo el mundo pensó que era un petardo muy fuerte de alguien fuera y no se le dio más importancia, nadie supondría que era una bomba”, señala casi 24 horas después de cruzar las puerta del Stade de France, donde uno de los terroristas fue interceptado por la policía. “Solo puedo dar gracias de que los terroristas no lograran su objetivo del estallar el estadio, porque era lo que querían”, añade. 

Corre el reloj de la primera parte y Francia mueve el balón con parsimonia en la defensa. Del lateral izquierdo al central. Entonces, “estalló la segunda bomba”. Lo lógico se empieza a quebrar. Era “mucho más fuerte y más cerca del estadio creo, porque el estadio tembló y el ruido fue muy fuerte. Ese ruido y ese temblor jamás lo olvidaré”. Alexandre habla, aún en shock, sobre lo ocurrido el viernes. Desde el colegio, su sueño era trabajar en París. Vivir en París. 

El tercer artefacto, “una última, pequeña, que también venía de fuera”, sepultó algunas bromas sobre un posible atentado que empezaban a hacerse en la grada. Al móvil de Alexandre llegó un SMS. Era un amigo del trabajo que le rogaba cuidado, “los atentados estaba empezando en los distritos X y XI” de la ciudad. La gente sacó sus móviles y llegó el pánico colectivo.

Sin embargo él, anticipándose a lo que ya intuía, se levantó en el minuto 70 y enfiló los pasillos del Stade. Asegura que “hubo gente que intentó salir del estadio pero no les dejaron, al parecer, creo que estaban desalojando a Hollande. Me empezaron a llegar noticias de que el RER, el tren de cercanías, estaba cerrado, pero para ir a mi casa necesito coger un transporte y entre le miedo y no saber qué hacer… Y ahí el caos total”. 

Todo el mundo corría: “Nos impidieron pasar por una salida del estadio y nos decían de correr en otra dirección a las afueras. Los policías estaban todos desubicados, era un situación muy rara”, precisa. Alexandre llegó a la boca de metro, “una muy mala idea pero quería llegar a casa lo antes posible”. Esperando en su parada, llegaron el metro y el miedo: “Estábamos todos mirando y había dos chicas llorando supongo que por algún conocido en el Bataclan… En fin, un asco todo. Fue un momento muy duro en el que pensé por primera vez que iba a morir”. 

Triste resaca

La mañana del sábado, en la resaca triste del ataque, se fue a trabajar en un metro en el que no viajaba nadie: “Es terrible, voy solo”. Media decena de ataques a “unos metros de nuestras casas” que han instaurado un clima raro, si no de miedo, de shock colectivo: “Nunca se vio esto en Francia, yo nunca vi París así; hoy está siendo horrible”. 

“Terror y pánico” en París. La noche en la que la lógica de un viernes por la noche se rompió por cinco puntos. La que Alexandre no olvidará jamás. 

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