Si algo es seguro en Vilardevós es que de allí uno se puede ir con el estómago bien lleno. Y es que el Mesón Castaño, el único restaurante del núcleo poblacional, ofrece una gran variedad de platos, todos ellos con productos de primera calidad.
Un negocio familiar capitaneado por Clara García y Paco Castaño, un matrimonio que lleva al frente del Mesón Castaño desde el año 2010, con la misma ilusión y energía que el primer día. Y es que estos 13 años pasaron llenos de buenos momentos, y aunque la pandemia supuso un parón en su día a día, no fue impedimento para que las mesas se volvieran a llenar en este restaurante. “Tenemos una carta variada, destacando el salteado de boletus, el entrecot de buey a la parrilla y el postre de flan de castañas”, señalan los dueños, quienes sirven a sus clientes productos elaborados con mucho mimo y cariño.
Casi 20 años sirviendo cafés
Y si lo que se busca es tomar algo, el bar Juan es el lugar ideal para hacerlo. Este negocio hostelero abrió sus puertas en el 2004 y ya es todo un referente en el concello. Con una gran terraza y un personal cercano y amable, disfrutar de un desayuno o refrescarse a la salida del trabajo es tarea sencilla. “Estamos abertos todos os días durante todo o día, e con cada consumición poñemos un pincho”, explica Juan Álvarez, dueño del local, quien se siente orgulloso y afortunado por llenar su local de vecinos y visitantes.
Más allá de estos dos locales, son varios los establecimientos hosteleros donde parar a reponer fuerzas tras conocer A Cidadella y caminar entre árboles a la par del río. En cada uno de ellos el trato será hospitalario y los clientes se sentirán como “en casa”, pues los vecinos de este municipio ourensano son “grandes anfitriones”, dicen los visitantes.
Eso sí, si lo que buscan es un lugar donde dormir, los turistas deberán acudir a Verín, la localidad más próxima con mayor oferta de establecimientos hoteleros para el buen descanso. También otros municipios próximos con otro tipo de alojamientos son Monterrei o Laza. Así, A Cidadella es un “tesoro por descubrir” obligatorio en el concello de Vilardevós.
