La subida del IVA sigue avivando reacciones que llegan desde diferentes sectores. En este caso, fue el director del Festival Derrame Rock, Enrique Granda, -que reunió durante las fiestas de Ourense en Oira a 18.000 personas- el que dio la voz de alarma sobre la 'letra pequeña' de las consecuencias de estos ajustes para la industria musical. A su juicio, todo ello generará un empobrecimiento del sector y la práctica desaparición de la música en directo, sobre todo para las bandas y los profesionales que están empezando.
Granda advirtió que el cambio de categoría de la cultura que hasta ahora tributaba al 8%, pasará ahora al 21%; lo que se traduce 'en que más del 50% de la recaudación de cada concierto se irá en impuestos y cánones'. Un 'duro golpe' para un sector que, dice, ya se encontraba debilitado en gran medida por la piratería, las descargas gratuitas y la falta de consideración del trabajo de los autores y editores. Granda recordó también que al pago del IVA hay que añadirle el canon de la Sociedad General de Autores y Escritores que en España es del 10%, el más alto de la Unión Europea, ya que su media se sitúa en torno al 5%.
A través de un comunicado bajo el título, 'La industria musical, herida de muerte', Enrique Granda relató que a partir del 1 de septiembre 'pagaremos por organizar un concierto un 21% de IVA, un 10% de SGAE, y entre un 21% o un 25% de IRPF, dependiendo de si eres autónomo o sociedad limitada'. Al respecto, ofreció un ejemplo ilustrativo puesto que de una entrada de 10 euros, unos cinco se irán a impuestos. Granda quiso multiplicar esos cinco euros de beneficio de la recaudación por unas 400 personas que seguirían un concierto, por lo que quedarían 2.000 euros para sufragar los gastos derivados de la organización del evento tales como: alquiler de la sala, fabricación de entradas, carteles y pegada de los mismos, publicidad, equipo de sonido, alquiler de furgonetas, gasolina de desplazamiento, promotor local, hoteles, comidas, sueldos de músicos y técnicos...
AFECTADOS
Ante este panorama, Granda explicó que 'los ayuntamientos no programarán conciertos y los grupos no podrán moverse por su cuenta de un radio de 100 kilómetros de su localidad'. Con todo, la nueva medida de presión fiscal afectará enormemente tanto a los grupos de música que verán mermado el número de actuaciones, como a los promotores a la hora de desarrollar su trabajo, puesto que se enfrentarán a más gastos en cada concierto, por lo que no podrán 'arriesgar'.
A través de un comunicado bajo el título, 'La industria musical, herida de muerte', Enrique Granda relató que a partir del 1 de septiembre 'pagaremos por organizar un concierto un 21% de IVA, un 10% de SGAE, y entre un 21% o un 25% de IRPF, dependiendo de si eres autónomo o sociedad limitada'. Al respecto, ofreció un ejemplo ilustrativo puesto que de una entrada de 10 euros, unos cinco se irán a impuestos. Granda quiso multiplicar esos cinco euros de beneficio de la recaudación por unas 400 personas que seguirían un concierto, por lo que quedarían 2.000 euros para sufragar los gastos derivados de la organización del evento tales como: alquiler de la sala, fabricación de entradas, carteles y pegada de los mismos, publicidad, equipo de sonido, alquiler de furgonetas, gasolina de desplazamiento, promotor local, hoteles, comidas, sueldos de músicos y técnicos...
AFECTADOS
Ante este panorama, Granda explicó que 'los ayuntamientos no programarán conciertos y los grupos no podrán moverse por su cuenta de un radio de 100 kilómetros de su localidad'. Con todo, la nueva medida de presión fiscal afectará enormemente tanto a los grupos de música que verán mermado el número de actuaciones, como a los promotores a la hora de desarrollar su trabajo, puesto que se enfrentarán a más gastos en cada concierto, por lo que no podrán 'arriesgar'.
