La provincia de Ourense presenta muchas peculiaridades en materia de vivienda, comenzando por la falta de un Plan de Urbanismo actual que lastra la construcción de nueva obra. A eso se suma una alta tasa de segundas viviendas, que llega al 45%, muy superior a la media nacional (25%), y que la sitúa como sexta provincia con menor proporción de viviendas principales.
Según las últimas estadísticas disponibles aportadas por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, en la provincia se contabilizaron un total de 248.598 viviendas, de las cuales 137,703 son primeras viviendas (55%), mientras que las 110.895 restantes (45%) son de uso secundario. Estos datos permiten concluir que, de media, cada propietario ourensano tiene 1,8 inmuebles a su nombre.
El agente inmobiliario Carlos Iglesias, de Remax Habitat, afirma que esto se debe a “unha casuística especial que hai en Ourense”, por la que “hai moitísima xente que ten o típico piso na cidade e a casa no pobo”. “Hai moita xente que herdou, que se veu para a cidade, e morréronlle os pais e ten a vivenda herdada no pobo”, aseguró. Agregó que “esta situación en outros lugares, coma Vigo, é impensable”. “Os ourensanos teñen un piso e a 10 kilómetros fan unha casa, é un costume moi arraigado na provincia”, aseveró.
Los datos dan la razón a Iglesias, ya que en la provincia de Pontevedra las segundas viviendas suponen el 22%, la mitad que en Ourense. En A Coruña, la cifra es del 29,1%, mientras que en Lugo se sitúa en el 37,3%. La media de toda la comunidad gallega es del 30,5%.
A nivel nacional, pocas provincias se aproximan a la ourensana, que se sitúa en sexta posición. La provincia con mayor proporción de segundas viviendas es Ávila, con un 58%, por lo que hay más moradas secundarias que principales. El segundo lugar lo ocupa Teruel, con un 50%, mientras que Segovia es tercera (48,4%), seguida por Soria (48%) y Cuenca (47%), y luego ya aparece Ourense con su 45%.
Preferencias de inversión
Para la decana del Colegio de Economistas de Ourense, Carmen Sampayo, la cifra ourensana “é o reflexo das preferencias de inversión tanto dos pequenos aforradores como dos que coñecemos como ‘grandes tenedores’ de inmobles”. “A falta doutras alternativas de inversión máis atractivas, canalízase o aforro á inversión en inmobles que non se consideran vivendas habituais”, agregó.
El problema puede llegar, considera, “cando os inmobles están improductivos (non se destinan ó aluguer) ou cando se concentran en mans dos grandes tenedores ou fondos de inversión que poden provocar tensións nos prezos”, y ante esta perspectiva recomienda medidas incentivadoras para que los inmuebles ociosos salgan al mercado, aunque recuerda que ya existe alguna, como “a reducción do 60% dos rendementos obtidos por arrendamento de inmoble destinado a vivenda, incentivo que provoca que fiscalmente poida ser máis ventaxoso ter un inmoble alugado que a disposición dos propietarios (que tributa, en liñas xerais, ao 2% do valor catastral)”.
Al alza
La tasa de segundas viviendas en la provincia experimentó un aumento en los últimos años, ya que dos décadas atrás, en 2001, estas representaban el 36% del total de hogares con los que contaba la provincia, por lo que el aumento en este tiempo fue de nueve puntos porcentuales. En ese mismo tiempo, las moradas principales apenas se incrementaron en poco más de 10.000, pasando de 126.174 a 137.703, mientras que las de uso secundario aumentaron sustancialmente, concretamente desde las 70.853 a 110.895.
En 2001, la media nacional era del 32%, por lo que en ese momento Ourense no representaba una rareza en el país, aunque a partir de entonces experimentaron sendas opuestas, ya que en el conjunto español la segunda vivienda representó cada vez una proporción menor, mientras que en la provincia subió hasta casi alcanzar la mitad del parqué inmobiliario.
