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La provincia pierde capacidad para atraer inversiones industriales

Suelo empresarial en venta en la Cidade do Transporte, en San Cibrao.
photo_camera Suelo empresarial en venta en la Cidade do Transporte, en San Cibrao.

Ourense encadena más de diez años sin que cuaje un proyecto foráneo nuevo capaz de generar riqueza y empleo, mientras el norte de Portugal capta más de 200 millones para la industria del automóvil

El 29 de octubre del 2008 se inauguraba la fábrica de paneles solares de TSolar en el Parque Tecnológico. Después de recibir más de 65 millones de euros de dinero público el proyecto resultó ser un fiasco y cerró en abril del 2013 dejando en la calle a más de 170 empleados. Desde entonces, hace ya once años, Ourense no ha vuelto a captar inversión de industria manufacturera ex novo.

El sector, sí, se ha fortalecido con ampliación de instalaciones o modernización de procesos productivos, pero a la provincia no han llegado empresas nuevas capaces de tupir la malla industrial. Benteler, dedicada a fabricar piezas para la industria del automóvil, acaba de abrir planta en Mos (Pontevedra), creando 170 empleos.

En Ourense el sector de componentes de automoción es potente, pero mantiene hoy la misma actividad de los últimos años: unas diez empresas forman parte del panel de proveedores, según el Cluster de la Automoción de Galicia (Ceaga), manteniendo aproximadamente 2.000 empleos directos. Alguna de ellas —caso de Cie Automotive o Megatech, entre otras— han acometido recientemente inversiones para mejorar su capacidad de producción.

Mientras, el sector del automóvil no espera y los competidores tampoco. La importancia de la actividad en Galicia se justifica en algunos números. En el 2018 las auxiliares gallegas facturaron 8.650 millones de euros (8.680 en el 2017) y emplearon a 22.300 personas (20.800 un año antes), según el Ceaga. Aproximadamente un 10% de esa actividad se mantiene en Ourense pero en los últimos años el norte de Portugal ha captado inversiones muy importantes sin que en la provincia hubiese reacción alguna a esa fuga. Tanto es así que en la parte norte del vecino país hay ya más empresas auxiliares del grupo PSA Peugeot Citroen de Vigo que en Ourense. 

INVERSIÓN COMPARADA

En el año 2016 la suma de inversiones comprometidas en la parte norte lusa por la industria del sector sumaban más de 200 millones de euros hasta el 2020. En Ourense no se ha comprometido cantidad alguna y eso que parte de los parques empresariales con suelo vacante en la provincia están mucho más cerca de Vigo de lo que lo están algunos asentamientos portugueses. 

Fuentes del parque empresarial de Pereiro de Aguiar, del polígono industrial de San Cibrao das Viñas y el del Parque Tecnolóxico han reconocido que no les consta interés de empresas industriales por promover asentamientos nuevos en lo que son las tres referencias de suelo de la provincia. Ni del sector de la automoción ni de cualquier otra actividad. Tampoco consta gestiones institucionales o de las entidades empresariales para estar atentos a los movimientos de inversión. En Portugal todos esos resortes han funcionado a la perfección. "Cambios en la política fiscal, primas a la compra de suelo o incentivos a la formación de la mano de obra" dan un plus para competir frente a Ourense, según detalla el economista Raúl González.

Desde el punto de vista positivo, el lanzamiento del nuevo Peugeot 2008, previsto para octubre, dará alas a las auxiliares ourensanas porque aquí se harán, entre otras piezas, la mayoría de los elementos del salpicadero. Vigo sigue siendo una referencia por su capacidad de producción en turismos y furgonetas, pero también las instaladas en Ourense han demostrado ser competitivas y entrar en el panel de proveedores de los grandes de la industria, como Renault, Seat o Nissan, entre otros.


Peso del sector


Aún así la importancia del sector industrial en la provincia es destacado. Andrés Mazaira, profesor de la Facultad de Empresariales del campus y coordinador del Observatorio Económico Ourensán hace notar que "aporta un 18% al total de la generación de valor añadido en la provincia y sigue creciendo, y algunas actividades como la agroindustria aumentaron un 35% en las épocas de la crisis". 

La industria manufacturera, en pleno proceso de redefinición de sus procesos, sigue siendo la que mantiene empleo de calidad y con bases de cotización altas para unas pensiones dignas, justamente en la provincia con las prestaciones más bajas de España. Mazaira cree que el sur de Europa "compró" una teoría que acabó por ser falsa: "Se dijo que el sur podría vivir de los servicios, turismo sobre todo, y que el norte era donde se fabricaba y está claro que eso no es cierto". Y sentencia: "Es mentira que en Ourense vayamos a vivir solo del turismo".

En el sector industrial hay referencias importantes pero el eje de rotación es el mismo: agroindustria, actividades extractivas, madera o textil son las referencias, pero lo llevan siendo décadas y algunas empresas como las de la moda desde el 2014 al 2018 se dejaron un 41% del empleo, según el Observatorio Económico.

Y si no llegan nuevas enseñas industriales, al menos que crezcan las actuales. "Ese es el reto", detalla Andrés Mazaira, "ayudar a crecer a las que hay" porque uno de los problemas es ese el tamaño de las industrias. De las 26.996 empresas de Ourense, solo 14 tienen más de 250 empleados. 


Las únicas inversiones son del sector comercial


El fin de la crisis económica ha permitido reactivar la inversión privada en la industria, pero sobre todo para ampliar instalaciones ya existentes. Las únicas inversiones de cierto peso que están en estos momentos en marcha son las comerciales, incluso en los polígonos industriales. En San Cibrao se acomete la última fase de traslado de las instalaciones del Grupo Cuevas, mientras el parque comercial de Kronos sigue intentando cerrar pasos administrativos. Iniciativas como la instalación en Quintela de enseñas como Leroy Merlin o Lidl son otras asociadas a la vertiente comercial. Otras previstas hace ya más de diez años, caso de Eroski o El Corte Inglés han quedado aparcadas por la caída del plan de urbanismo y su recuperación es, por ahora, improbable.

"O prezo do solo non é o motivo para irse a Portugal" 

"Tenemos un problema de suelo empresarial, un déficit en el tamaño de las parcelas para asentarse en la provincia determinado tipo de industrias", percibe Andrés Mazaira, profesor de la Facultad de Empresariales y coordinador del Observatorio Económico Ourensán. "Las competencias están en la Xunta", recuerda. 

¿Y qué dice la administración gallega? Afirma que pone todo el empeño en comercializar el suelo. ¿Y cómo influye la competencia portuguesa en la captación de inversiones empresariales? La Consellería de Medio Ambiente advierte que "estudos e análises realizados polo Instituto Galego da Vivenda e Solo indican que o prezo do solo non é o principal motivo da instalación de empresas en Portugal". En su opinión, "entre as causas que poden explicar esta tendencia, entre outros aspectos, pode citarse a actual carga fiscal dos concellos". 

Efectivamente, como aprecia el economista Raúl González, "además de ofertar suelo industrial competitivo en precio o revisar la política fiscal, como está haciendo Portugal, debemos pensar en la formación de la mano de obra o la colaboración pública y privada".

Sobre la cuestión fiscal la Xunta reconoce una diferencia negativa para competir, "motivo polo cal a Xunta vén de asinar coa Fegamp un convenio para que as entidades locais poidan rebaixar os seus tributos ata nun 95%".

Todas las partes coinciden en que una de las fortalezas del norte portugués a la hora de captar inversiones industriales se basa  en una agresiva política de precios. Sin embargo, la Xunta razona que "a diferenza de prezos de compravenda débese principalmente as dotacións e estándares de calidade dos parques galegos, que son moi superiores ás que ofrecen os portugueses". Por lo tanto, según fuentes de la Consellería de Medio Ambiente, "isto supón, entre outras cousas, que a superficie total de parcelas dos parques galegos rolde o 60% da superficie total mentres que en Portugal están arredor do 80%, coa conseguinte perda de zonas verdes e espazos públicos, aparcamentos, etc".

Mazaira es partidario de "intensificar el trabajo de comercialización de suelo industrial que hay en la provincia, buscar sinergias con los que están, traer nueva inversión y ayudar a crecer a los que ya están". 


La normativa


La Xunta, por su parte, fía el cambio de tendencia a aplicaciones normativas como la Lei de Implantación Empresarial, que "busca afianzar á comunidade como unha terra de oportunidades, potenciando a captación de investimentos e a creación de emprego de calidade".

Apuesta por "máis simplificación administrativa, máis facilidades para acceder ao solo empresarial, promovendo a construción de polígonos á carta, en función das necesidades reais das empresas; e máis incentivos fiscais ás empresas". A estas medidas la Xunta suma la política de incentivos a la compra de terreno industrial que ha implantado en el 2015, "con descontos que oscilan entre o 30 e o 50%, dependendo do concello no que estea o polígono". De todas formas, en cuatro años se adjudicaron por este sistema solo 72 parcelas en los asentamientos empresariales ourensanos.

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