Ourense tirita de frío: Calvos y Baltar, a -7,4 grados

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photo_camera Árboles congelados en un margen de la carretera OU-1020, que enlaza Cualedro con Portugal.
El termómetro subirá el jueves pero volverá a bajar cara el fin de semana

La mayor parte de la provincia de Ourense amaneció ayer de nuevo bajo temperaturas negativas y la situación se prolongará hasta el próximo jueves cuando está previsto la llegada de una borrasca, que permitirá un ligero ascenso de las temperaturas mínimas.

Calvos de Randín y Baltar volvieron a registrar la noche más fría del territorio gallego, 7,4 grados bajo cero, según Meteogalicia. No fueron los únicos. El termómetro cayó hasta los  -4,6 grados en Riós, -3,3 en Maceda y -4,3 en Xinzo. La ciudad registró 0,8 grados en la estación del observatorio gallego en el barrio de O Pino.

La provincia volvió a vivir ayer una jornada fría tras las intensas lluvias. El termómetro apenas subió a medida que avanzaba el día. El casco urbano ourensano no superó los ocho grados centígrados. Riós se quedó en los dos positivos y Xinzo en los 9,1. Curiosamente la jornada más calurosa fue en Calvos de Randín, donde se alcanzaron los 11,4 grados. La variación fue motivada por la salida del sol, algo que no se produjo en el resto de municipios a causa de los densos bancos de niebla.

En la estación de montaña de Manzaneda, la temperatura mínima fue de 3,9 grados positivos y máxima de 9,5, algo inusual en esta época del año. La situación provoca que las instalaciones continúen  cerradas ante la falta de nieve.

El próximo jueves la borrasca podría descargar agua (nieve en las zonas altas) en la provincia, pero las nubes pronto desaparecerán. El viernes está previsto la entrada de un nuevo anticiclón que de cara el fin de semana podría dejar heladas generalizadas. 

Precaución a causa de los densos bancos de niebla
Los paneles electrónicos  instalados a lo largo de la  autovía A-52 (Benavente-O Porriño) advertían en la noche de ayer a los conductores de los densos bancos de niebla, con el objetivo de que redujeran la velocidad al dificultar la visibilidad y el alto riesgo de accidente.  Tráfico pedía precaución en los controles establecidos en A Limia y San Cibrao. Los efectivos de carreteras (Fomento, Xunta y Diputación) esparcieron cuatro toneladas de sal en las carreteras para evitar la formación de placas de hielo. 

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