El día de San Martiño se vivió con especial intensidad este año a lo largo de toda la geografía ourensana, tras las restricciones que en mayor o menor grado impuso la crisis sanitaria del covid en los dos años anteriores. Fueron legión los que festejaron ayer el tradicional magosto en la comarca de Monterrei, por ejemplo, una cita de convivencia y folclore para todos los públicos.
En Castrelo do Val, el Concello organizó el magosto en el centro multiusos de “O Terrón”, donde disfrutaron de una jornada “como las de antes”. También en Trez (Laza) sus vecinos disfrutaron de una cena popular y música, pero sin duda, el plato fuerte llegó con la escenificación de la visita de la Santa Compaña y el conjuro de la queimada.
En Conso-Frieiras también se unieron a la cita gastronómica y festiva las localidades de Vilariño de Conso, A Mezquita y A Gudiña. Tampoco faltaron el vino y las castañas en compañía en la localidad de A Bola.
Y entre las grandes villas, la de Ribadavia se adelantaba ayer al resto con la celebración de su magosto en A Picuxa, con chorizos, castañas, pan y vino, acompañados de la música puesta por el grupo A Fonte do Merlan, que animó el baile popular.
