Ourense

El proyecto de regulación del botellón, un año en dique seco

OURENSE (ALAMEDA). 01/11/2017. OURENSE. Restos del botellón juvenil con basura, vómitos y cristales rotos incluso en el parque infantil. FOTO: ÓSCAR PINAL
photo_camera Restos del botellón en la Alameda de Ourense.
Hosteleros, vecinos y padres esperan una norma que el Concello dice "no dilatará más en el tiempo"

Se cumple un año de la presentación del proyecto de la ordenanza para regular el consumo de alcohol en espacios públicos: la práctica del botellón espera todavía medidas con una regulación que no llega a materializarse. La iniciativa, propuesta por el anterior gobierno liderado por Jesús Vázquez, todavía no ha sido aprobada. La concejala de Sanidad, Eugenia Díaz Abella, asegura que la intención es "no dilatarlo más en el tiempo porque es una demanda de la calle". A finales de mes, el consistorio mantendrá una reunión sobre el tema. "Habrá alguna reunión más, pero no se puede dilatar. Ya hay un trabajo previo", señala. El borrador que ideó el anterior gobierno local será la base para la ordenanza. Hosteleros, vecinos y asociaciones de padres y madres, así como expertos en los efectos del alcohol en menores, esperan una solución "pronto". Con todo, hay "incertidumbre" sobre qué tipo de medida se debería aprobar para ponerle coto a esta práctica.


Dispersión del botellón


La llamada "ordenanza reguladora de la convivencia cívica y la protección de la salud derivada del consumo, venta, publicidad y promoción de bebidas alcohólicas en el espacio público" pretende paliar un problema que, en estos 365 días de parón, se ha agravado: la dispersión del botellón genera "nuevas zonas" de botellódromos en el Casco Vello o San Francisco. Durante este año, los vecinos crearon la asociación O Cimborrio por el problema de los ruidos nocturnos, en parte, provocados por el botellón de menores. "El botellón nos quita el sueño", dicen desde la asociación, harta de una situación que se repite cada fin de semana. 

Ovidio Fernández Ojea, presidente de la Federación de Hostelería, señala que el botellón afecta a su sector "cuando se celebra en los lugares en los que hay establecido un hostelero". "Si esta actividad lúdica va a seguir existiendo, hay que pensar en un sitio fuera de la ciudad, en la periferia", añade Ojea.  Señala que la práctica del botellón también tendría que ser "sancionable porque son fiestas donde hay muchos menores".

Los centros educativos apuestan cada vez más por charlas de concienciación sobre alcohol, aunque no es suficiente para evitar el probema. José Antonio Álvarez Caride, presidente de la Federación de Anpas públicas de Ourense, ve un problema "complicado" cuya "prohibición todavía potenciaría más la actividad". Aboga por la "concienciación" desde las familias.

Un estudio reciente dee la USC sobre las implicaciones del botellón en los adolescentes gallegos alerta del 'binge drinking', el "atracón" o consumo de alcohol en un periodo de tiempo muy corto. Los resultados de la investigación señalan la prevalencia del botellón en un 38,4% de los adolescentes gallegos. Los expertos alertan, entre otras medidas, de la necesidad de una normativa desde las administraciones públicas. 


Las voces


Vecinos: “No queremos que la ordenanza salga sin escucharnos"

Desde la asociación de vecinos O Cimborrio, aquejados de los ruidos nocturnos en Vinos, señalan: "El botellón nos quita el sueño. Lo dividimos en dos partes: los niños que traen alcohol de casa y el que se celebra a las puertas de los locales". Un grupo de la asociación está pendiente de una reunión con la concejala de Sanidad. "No tenemos solución mágica, pero estamos perjudicados, no nos dejan descansar. No querríamos que siguiese adelante la ordenanza sin haber escuchado a los vecinos, como parte sufridora".

Hosteleros: “Si va haber lugar para esta actividad, fuera del centro"

Desde la Federación de Hostelería apuntan que "la mejor ordenanza sería la que entienda que hay establecimientos suficientes en la ciudad para que la gente entienda pueda consumir en ellos y evitar la confluencia negativa de lo que se produce en las calles y en el entorno del casco histórico.  Nadie tiene derecho a molestar nadie". Fernández Ojea apunta que "el casco histórico tiene que dar una imagen al turismo. Si hay botellón porque no se puede evitar, tiene que ser fuera del centro. En estos lugares lo prohibiría ".

Padres: “La prohibición puede generar un efecto contrario"

La Federación de Anpas Públicas de Ourense (FAPA) apuesta por la concienciación desde casa. "No sé si prohibir es la palabra porque se puede dar el efecto contrario. Las familias tienen que concienciar a los jóvenes. La administración debería tener más control de este tipo de actividades. Hay una permisividad en usar estos espacios públicos por parte de los chavales que buscan esa socialización", anota el presidente de FAPA. "Habría que hacer un control más exhaustivo de quién socializa en estos ambientes". n

Te puede interesar