EN OURENSE

“Ya no puedo atender los ajos que tengo en Beiro”

María en el balcón de su casa con sus perritos Teo y Lúa.
photo_camera María en el balcón de su casa con sus perritos Teo y Lúa.
En plena calle Ervedelo, en el barrio de O Couto, María Teresa Piedad sale todos los días al balcón de su casa para luchar contra la claustrofobia. Es, en estos días, su gran aliado.

María Teresa Piedad González acaba de jubilarse: "El pasado mes de octubre, tenía un bazar en la estación de autobuses; así que, en ese sentido, me libré a tiempo", señala, en alusión a la ubicación de su negocio, a pie de todo el trasiego de personas que recalaban diariamente en esa estación. 

Ahora vive, como el resto de Ourense, en confinamiento forzoso por la crisis sanitaria del coronavirus. "Aunque en mi caso lo hago acompañada de mis dos perritos, y también puedo sacarlos", explica.

Su rutina diaria en esos cinco meses escasos de jubilación que ha podido disfrutar antes de la cuarentena se repartía entre "sacar a los perritos, pasear, quedar con gente y luego me acercaba a una casita que tengo aquí cerquita, en Beiro, a plantar los árboles y demás, que no sé ahora que va a ser de todo. Ya no puedo atender ni el árbol ni los ajos. Para una vez que se me ocurre plantar ajos...".

A su favor cuenta con un amplio balcón, al que salgo todos los días a tomar un poco el sol. Tengo que abrir todas las ventanas porque si no, siento como un agobio dentro de casa, ¿sabes? Y eso que tengo mucho en qué pasar el tiempo, pero el estado anímico no te deja muchas veces ni centrarte en hacer esas cosas pendientes, la verdad", reconoce María, que encuentra en el balcón su gran aliado contra el desánimo.

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