Los puestos exterior de la cerrada plaza de Abastos -sus titulares fueron trasladados la Alameda- se convirtieron en un vertedero incontrolado de basura desde que cerraron las instalaciones, a principios del año pasado.
Los puestos fueron ocupados por personas sin techo que, pese a las quejas de los placeros, depositan los residuos que generan en todas las esquinas. Además, en el interior se acumulan maletas, colchones, plásticos, telas y vasijas inservibles, además de todo tipo de chatarra y electrodomésticos.
En un recorrido por la zona, se aprecian además cuantiosos daños en las cristaleras, puertas, ventanas y persianas. "La situación en que se encuentra esta zonas es vergonzosa. Está totalmente abandonada cuando está en el centro del casco urbano", aseguraba el dueño de uno de los puestos.
El edificio está pendiente de una remodelación. En el lugar aún queda abierto uno de los puestos, ubicado junto a los soportales del puente de As Burgas. El dueño recordaba ayer que acababa de recibir una notificación del Concello para que abandone el lugar "porque van a vallar la zona", dijo.
