Pasó lo que pasó

Qué bien se duerme en Ourense

Un koala duerme plácidamente. (Foto: Unsplash)
photo_camera Un koala duerme plácidamente. (Foto: Unsplash)
En los límites de la provincia cuelga el cartel de no molesten. Que nadie turbe la paz de los camastrones que creen que al lado hay mudanza, pero el ruido es del un butrón en la pared.

No era mudanza, era un butrón

Estaba el ourensano medio en el sueño del Koala —entre 18 y 22 horas al día—, había colgado el cartel de no molesten en la puerta cuando un ruido al otro lado de la pared a punto de estuvo de despertarlo, sin conseguirlo. En la estancia contigua (pongamos que en sentido figurado es otra provincia) hay un ruido que se cree de mudanza, pero es un butrón en la pared. Una vez hecho el agujero le llevan todas las pertenencias, le dejan con lo puesto y, menos mal, al salir hacen ruido. El suficiente para despertarle, no para que reaccione.

El ourensano medio, el que soba más que el koala, se ve entonces harapiento y en una estancia desnuda de enseres. Una especie de Diógenes, aquel filósofo vagabundo que malvivía por las calles de Atenas buscando la virtud de la pobreza. Desde la puerta los indeseables visitantes se burlan haciéndole la pedorreta y escapando con el botín. Tampoco eso logra espabilarle y sigue en la horizontal, un perfecto camastrón. Ese día el periódico La Región informaba de que A Coruña arrebataba la carrera exclusiva de Turismo a Ourense, que el Master de Aeronáutica se compartirá con A Coruña y que Lugo se queda con el doble grado que perdió el campus de Ourense.

Qué bien se durmió estos días en la provincia, el fresquito de la noche invernal ayuda a arroparse. Qué reparador es el descanso de la despreocupación en los despachos y las aulas universitarias, en el vicerrectorado del campus, en los decanatos afectados, en los sindicatos, en los empresarios, en las instituciones, en la sociedad en general. Qué elocuentes son los silencios, qué cómoda es la cobardía. Qué generosos somos en la invitación, a sabiendas de que engordamos a unos gorrones. Qué bien se duerme en Ourense. Ya no solo descansamos más y mejor que el koala, es que vamos camino del descanso eterno.  


Ya casi cabemos en el Camp Nou

Tampoco turba nuestro descanso el azote demográfico. La partitura informativa es aquí siempre la misma, siempre la misma canción porque nadie pide que le canten al menos la cara B del disco, siquiera la versión instrumental. Todos los días recetamos jarabe de AVE o alertamos de que la provincia no se saca el condón y así no hay quien procree. Cada vez que el periódico da un titular de estos temas, sacudimos la mano como espantando a la mosca. El público en la grada mira al palco presidencial a ver si ahí hay soluciones pero la directiva se queja del campo embarrado como mejor argumento.

No sé si ha reparado en el dato: todos los que vivimos en la ciudad (unos 105.000) ya casi cabemos en el estadio del Camp Nou (99.354 espectadores). A este paso en unos años estaremos holgados en el estadio de O Couto (unos 5.600). Y lo siguiente será el taxi (cinco, apretados). ¿Quién va aquí al volante? La deriva demográfica supondrá que cada vez costará más sostener los servicios básicos y que las inversiones pasarán de nuevo de largo. Pero, siempre hay urgencias que se pueden aplazar. Quizá mañana, hoy es domingo y hay que descansar. Y dormir.


Ahora ya se pide el voto en Verín

Había un sin embargo, había una puerta para salir del laberinto de Creta, donde Dédalo escondía el minotauro. Y la Xunta la encontró para dar una alternativa al cierre de los paritorios del hospital de Verín. Fue la sociedad de la comarca la que aporreó la aldaba hasta que en Sanidade empezaron a ceder. Fue un problema demográfico el argumento para trasladar a las parturientas a Ourense porque el número de nacimientos de la comarca era insuficiente para mantener el servicio.

En dos o tres semanas no se solucionó el problema natalicio, pero ya encontraron alternativa. Como en las películas de vaqueros se puso un "wanted" debajo de la foto de dos pediatras. A ver si los pillan a lazo para contratarlos. Nosotros, que creímos que era un problema demográfico acabamos sospechando que a menos de un año para las elecciones autonómicas el PP ya podía pedir por whatsapp el voto en la comarca si cierra paritorios en Verín. Pero es solo una suposición, claro.


El valido en la corte del City Manager

Miguel Caride, concejal de Infraestructuras, es el mejor de los validos de la corte de Jácome, una especie de Conde Duque de Olivares en el reinado de Felipe IV. Anunció que el Concello fichará un City Manager, una especie de jefe entre los jefes. Nada que objetar. Las carencias hay que identificarlas. Se debe buscar refuerzos cuando no se da una pese a tener un alcalde con 68.000 euros, un gobierno con más de 400.000 al año y abriendo la entrada a fichar a 27 asesores. El cargo vendrá con oropeles, pero también nos vale que sea un valido más en la corte del Rey Planeta. Pagado con dinero público, por supuesto.



El portafotos

Sobre las espaldas de Ana María Fernández Morenza, concejala del PP, descansa el área de Hacienda y Contratación del Concello de Ourense.

Ourense. 12/12/17. Pleno extraordinario del concello de Ourense. En la foto Ana Morenza.
Foto: Xesús Fariñas

Decían que a Fraga le cabía el Estado en la cabeza y sostienen quienes la conocen que los hombros de esta edila portan sin síntoma de flaqueza las cuentas municipales y lo que le echen. Presentó con el alcalde Jácome esta semana el Presupuesto para el 2020. Lo hizo al lado de quien votó en contra de cuentas posiblemente similares de ejercicios anteriores elaboradas también por el PP. Morenza, trabajadora y ya bregada en la refriega partidaria, sabe que en política hasta el más feo puede ser tu pareja de baile, por lo tanto escrúpulos los justos.

Ha logrado un pequeño hito, traer un presupuesto después de que el último de aplicación sea el del 2014. Todos los demás, prorrogados, como los plúmbeos partidos de fútbol. Tardó más el Concello de Ourense en elaborar sus cuentas que Pitágoras en demostrar su teorema. Todo para que trascienda que de más de 100 millones, el 88% ya está comprometido, que pagaremos casi 42 millones en impuestos y que pagarle a los "vagos" y a la "mafia" (así bautizó el alcalde a funcionarios y policía local) costará 38 millones. Quedan para los arregliños 4,7 millones. La concejala ha cumplido, y lo ha hecho bien. A los demás nos queda darle una vuelta al teorema de Pitágoras en cuanto la hipotenusa y los "catetos". 



Humillarse también engorda

La Asociación de Jóvenes Empresarios(AJE Ourense) puso todas sus plantas sobre el escenario para regarlas. Su lucha para evitar el erial empresarial de la provincia merece cerrados aplausos. Dan un toque fresco en un entorno de naftalina y alcanfor. Invitaron al alcalde a la clausura de los premios y aquello fue el club de la comedia.

El regidor, más cómodo en las tablas que en la institución, dio estopa a comerciantes, empresarios y demás familia. Nadie reaccionó. Sabiéndola gestionar adecuadamente, la humillación tampoco resulta tan mala. Lo que no mata, engorda. Ya saben.

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