“Que non se esquezan de nós!"

OURENSE 13/04/2020.- Historias del coronavirus. Reparto de mascarillas por la Policía Nacional. José Paz
Por razones de salud física y mental, los mayores reclaman 
una salida controlada y segura a la calle tras 37 días de encierro

Con los niños en la rampa de salida del ansiado "desconfinamiento", ultimando ya los detalles logísticos, las miradas se centran en los mayores. Son el grupo de riesgo por excelencia. Las cifras indican que el virus se ha cebado con una generación (incluso dos) que lo ha dado todo. De ahí las reservas del Gobierno, que se lo piensa dos veces antes de dar luz verde a su salida controlada y durante un tiempo limitado. Ellos lo piden. Por necesidad física y mental. Se habla del 10 de mayo, pero el tema está sobre las mesas ministeriales. Más de un mes de encierro pasa factura. Son conscientes de su fragilidad ante "el bicho", pero también saben que, con las debidas precauciones, el aire libre puede curar otros males. Y no son pocos.

"Tiven altos e baixos. A segunda e a terceira semana de encerro foron duras. Agora parece que fixen callo. Pero claro, gañas de saír teño, e moitas. Aínda que non sexa como antes, será un respiro para todos. Cunha hora de paseo, por aquí polo Barbaña aínda que sexa, eu serei máis feliz", señala Tino Rodríguez, de 79 años.

Este vecino de O Couto pone en la balanza los riesgos y beneficios de una medida cada vez más demandada por los mayores de 65 años. "Somos grupo de risco. So fai falta ver as cifras de mortos e a súa idade. Temos que ser conscientes do que hai. Pero, coas medidas de seguridade, creo que é posible que abran a man. Entendo o dos nenos primerio. Eu prefiro estar un mes máis así e que os meus netos saían a rúa. Pero que non se esquezan de nós. So pido iso".

Manolo, de 73 años, lo tiene claro. "La paciencia se me está quedando un poco corta, la verdad". Pero este ourensano de raíces chilenas también apunta que"si las autoridades sanitarias nos dicen que tenemos que aguantar, hay que aguantar. Pero aguantaré lo que me echen. No hay otro camino. Tengo ganas de salir a la calle, soy una animal social. Soy pintor artístico y ahora doy clases gratuitas en mi pequeño taller. Tengo la necesidad de ver y estar con gente. Echo de menos ese contacto, me hace falta la gente", lamenta.

Sus argumentos obtienen el respaldo de los psicólogos. Desde el punto de vista médico el debate está entre priorizar la salud mental y física de los mayores sobre el miedo al virus, una vez que la situación global mejora progresivamente. Equilibro difícil de conseguir. 


Importante desgaste


"Están asfixiados por una situación que tiene consecuencias psicológicas y físicas. En este último caso, pueden tener artrosis o artritis y necesitan movimiento. Muchos no tienen un patio o un jardín. Desde el punto de vista mental, la necesidad del contacto, de ver a sus vecinos, es muy importante. Con las medidas de seguridad adecuadas, es necesario flexibilizar su confinamiento", destaca la psicóloga Carmen Espinosa. 

Y, como muchos mayores necesitan la preocupación continua de sus cuidadores, Espinosa amplía sus motivos. "Ese sentimiento de tristeza y melancolía afecta también a los cuidadores, a los responsables de os mayores durante el confinamiento. Los veo y se me cae el alma a los pies".

"Pueden pegar un bajón muy grande en este confinamiento que después será muy complicado recuperar", apunta la psicóloga Olga Paradela, especializada en las actividades con grupos de mayores.

La especialista ourensana, eso sí, tiene claro que ellos también tendrán que poner de su parte y modificar ciertos hábitos que tenían antes de la pandemia. "La protección, la clave. Porque sí que es cierto que en muchos casos son más dejados. Les cuesta alejarse, igual no escuchan bien y necesitan acercarse. Estos temas habrá que trabajarlos con ellos, ese reforzamiento de la seguridad".

Mientras no puede estar presente, Carmen Ropero, de 76 años, se preocupa de amigos y conocidos a través del WhatsApp. Una fórmula que ayuda a llevar mejor el encierro. "Estamos tachando los días que nos quedan, como nuestros novios y hermanos cuando estaban en la mili. Poder salir sería bueno para la salud de todo tipo, mental y física. Para el ánimo es fundamental. ¡Somos tan espontáneos y sociables!", enfatiza.

Es un grito que suena cada vez más alto. Los mayores quieren salir. No a lo loco, con precaución y control. No quieren dar un paso atrás. Quieren mirar hacia delante.

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