¿Qué saben de Ourense los vecinos zamoranos?

El termalismo es lo que más les mueve a la provincia de Ourense, a la que también relacionan con el buen vino, Coren o los afiladores

Qué conocen los zamoranos de Ourense? Las termas y balnearios se llevan la palma, pero también la comida, el vino y emblemas como Coren o los afiladores y trabajadores para la siega que desembarcaron durante años en sus tierras. En general, todos los consultados tienen conocemientos en mayor o menor medida de la provincia vecina. Santos Miano, zamorano de la comarca de Sayago, conoce bien la parte suroriental de Ourense, ya que su mujer es natural de Padornelo, territorio fronterizo con Ourense donde se habla gallego: “Conozco muchos las termas y balnearios, cada vez que vamos nos acordamos y solemos comer en A Gudiña. Aquí a todo el mundo le gusta Galicia, sobre todo por el pulpo”. 

“Fuimos a los balnearios de Laias y Arnoia varias veces y nos acercábamos a comprar lamprea y beber Ribeiro, ¡por supuesto que pongo Ourense en el mapa!”, comentaba otra vecina en plena calle, mientras las hermanas Iglesias Enríquez relatan sus experiencias. Micaela ha viajado ya tres veces en tren con una amiga y destaca la capacidad termal: “Estuve en Molgas, y en las pozas donde pasa el Miño, visité la Ribeira Sacra, que es impresionante, y descubrimos el pulpo y la empanada gallega, exquisitos… Me gusta todo. Ya fuimos tres veces en un año, ¡siempre llovía!”.

Pero si alguien presume de conocer Ourense es Agapito Modroño, natural de Villalpando (por donde pasa la N-VI destino Galicia), que guarda con una extraordinaria memoria recuerdos de Esgos, Coren y los afiladores y gente de la siega. “Allá por los años 60 estaba yo en la finca, y para un R7 matrícula de Ourense, se baja un señor y me pregunta si había alfalfa. En ese momento empezaba a haber mucha y teníamos problemas para venderla. Ahí empezó el contacto con Manuel Ángel Rodríguez Fernández (quien fue alcalde de Esgos), la mejor persona que conocí en mi vida, uno de los que empezó con Uteco de Ourense y después Coren. Empecé a encargar alfalfa a los agricultores y les mandaba a los para toda la zona especialmente donde estaban los afiladores”, relata. 

De hecho, los afiladores siguen en su recuerdo. “De niño los conocía a todos, porque se hospedaban en la posada de mi abuela, y conocía a los de Maceda y Nogueira de Ramuín, que venían con el carrito en el tren y recorrían a pie después de pueblo en pueblo. Conocía a decenas de ourensanos que venían a la siega, primero, y a los afiladores, que venían a afilar las cuchillas de las segadoras  después”.

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