“E a quen reclamamos? Sempre se aproveitan do máis débil"

Ourense son muchas cosas. Una de ellas, de las más graves, es el sambenito de la provincia con más pensionistas que cotizantes. Una diferencia que oscila alrededor de las 10.000 personas. Luego, la influencia social de la tercera edad no deja atisbo de duda. "Temos que comer como os outros para vivir, por que en Ourense cobramos menos?", cuestionaba Enrique Álvarez, jubilado, antes de hacerse la siguiente pregunta: "E a quen se lle pode reclamar? Sempre se aproveitan do máis débil".

Sentado en un banco de la Alameda, Julio Fernández, no le pone paños calientes a la gestión del Gobierno: "Rajoy fíxoo mal ao non subir as pensións. A vida sube e as pensións non, iso é empobrecerse", aunque excusa las diferencias con el resto del Estado: "Os prezos en Madrid ou Barcelona son moito más altos". Más comprensivo, actitud nada excepcional dentro del colectivo, se muestra Daniel Rodríguez: "Hay poco dinero, es normal que se hagan esfuerzos". Sin embargo, matiza que no todos se aprietan el cinturón en el mismo agujero: "A la gente con dinero no se la perjudica tanto como a los de abajo".

Escrutando página a página el periódico está Antonio Sánchez, jubilado tras años trabajando como autónomo en el sector de la construcción. Lejos de quejarse amargamente delestado de sus cuentas, opina con entereza: "Yo tengo muy poca pensión, pero lo que hay que hacer es ahorrar para cuando llegue el momento de jubilarse uno pueda echar mano de lo guardado, porque con la pensión no es suficiente". Concluye con crudeza: "Ahora hay que formarse y marchar, por eso a nadie se le van a caer los anillos".

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