El radar fijo de O Couto cubrirá una zona de alta siniestralidad

nuevo radar fijo de Ourense.
photo_camera El punto exacto donde se colocará el nuevo radar fijo de Ourense. (FOTO: MARTIÑO PINAL)
En la acotación del cinemómetro ocurrieron 19 accidentes desde 2018, tres graves y uno mortal

El primer radar fijo de la ciudad ya tiene fecha de estreno y estará situado en una zona de alta siniestralidad. Desde la DGT anunciaron que será cuestión de un mes -como mucho un mes y medio- que el nuevo dispositivo empiece a flashear a los vehículos que excedan el límite de 80 kilómetros por hora en la N-525. Concretamente, estará situado en el kilómetro 237 en sentido Santiago, antes del paso inferior de O Couto.

El punto de colocación viene motivado por la alta incidencia de accidentes en la zona. En total, desde 2018, solo en ese punto kilométrico hubo un accidente mortal, tres graves y 15 leves. La cifra de siniestralidad excede a la de otras zonas urbanas donde, sin embargo, se generan más atropellos. Este nuevo radar hará compañía al inconstante flujo de radares móviles que hay en el resto de la urbe. El pasado diciembre, un atropello mortal en la calle Pena Trevinca motivaba -o coincidía- con la puesta en marcha de una serie de radares móviles en la ciudad, uno de ellos cedido al Concello por la DGT, camuflado en forma de furgoneta.  

¿Y el plan de movilidad?

El Plan de Movilidad continúa en el cajón. Mientras, en la ciudad, los atropellos y los accidentes urbanos continúan a la orden del día. El Plan de Movilidad Urbana, que pretende hacer más accesible una ciudad hostil para el peatón continúa paralizado. Originalmente, el proyecto pretendía implantar radares fijos en el casco urbano de Ourense, además de los cinemómetros móviles de los que se disponga en cada momento. Más de un año después, la ciudad aguarda su primer radar fijo. Por otra parte, la señalización y la iluminación de los pasos de peatones aún no permite un paso seguro. 

Además, el mobiliario urbano dificulta en muchas ocasiones la visibilidad. Un ejemplo de ello es la intersección de la calle Ervedelo con la avenida de Portugal, donde el bus o los vehículos que paran en las zonas de carga y descarga bloquean habitualmente la visibilidad de los semáforos y del paso de cebra.

Además, solo en el último semestre de 2020, se produjeron en Ourense 32 atropellos, entre ellos uno mortal y siete graves.  Durante el primer año de la pandemia, el incremento fue de un 28% respecto a este tipo de incidencias, especialmente entre las personas de entre 20 y 40 años y las de avanzada edad. 

La calle Pena Trevinca se constituye como la zona más peligrosa de la ciudad. La escasa visibilidad de sus pasos, el descontrol de la velocidad de los vehículos y el mal estado del firme la reafirman cada año -en 2019 también se produjo un atropello mortal- como un preocupante punto negro urbano.

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