El radar que la Dirección General de Tráfico (DGT) tiene instalado en el punto kilométrico 550,7 de la carretera N-120 (Logroño-Vigo) es el que más multas tramitó durante el 2019, un total de 6.271, de todos los que funcionan en la provincia, según un estudio de Automovilistas Europeos Asociados (AEA).
El cinemómetro está ubicado frente al desvío hacia Penalba y el Parador de Santo Estevo y recoge las infracciones de los automovilistas que circulan en dirección a Ourense. La cabina pasó a operar en límite de 70 kilómetros a la hora tras la entrada en vigor la normativa que redujo la velocidad de 100 a 90 kilómetros por hora en las carreteras secundarias. A este radar, en lo que a número de multas se refiere en la provincia, le sigue el ubicado en la A-52, en A Gudiña, con 5.038 durante el 2019, una cifra considerablemente abultada en comparación con las que registró en el 2017. Entonces, según el estudio, fue de 325.
Tras ellos y con un menor volumen de multas, está el de la AG-53 (Carballiño), con 1.795 sanciones; A-52 (San Cibrao), que contabilizó 1.539 cuando en el 2018 registró 5.383. En el estudio también figura el radar de tramo de la carretera N-525, en Coles, con 1.304 sanciones (2.965 el año anterior); el de la autovía A-52, en Verín, 1.259 y el de la N-120, en Ribadavia, con 567.
En la autovía A-52, figuran otros tres cinemómetros, en Cenlle y Xinzo, con medio millar de multas cada uno.
Los radares de la DGT formularon 2.933.089 denuncias por exceso de velocidad el año pasado en todo el territorio nacional. El más activo está en la AP-7 (Sagunto-Valencia) con 59.428 denuncias.