Un operativo formado por 40 personas rastreó 24 kilómetros de río tras bajar el caudal de Velle

Sin rastro del hombre que se arrojó al Miño el día de Reyes

Efectivos de la Guardia Civil rastrean el cauce del río Miño, a la altura de Outariz. (Foto: XESÚS FARIÑAS)
El operativo de búsqueda establecido ayer para localizar el cadáver del vecino del barrio de A Cuña, identificado como M.A.P.V., de 62 años, en el río Miño, no dio resultado.
El hombre se arrojó al agua desde el Puente Romano el pasado día 6 de enero y desde entonces está siendo buscado sin éxito, sobre todo por parte de Protección Civil de la ciudad. A las labores de búsqueda se sumaron ayer 20 guardias civiles, varios de ellos pertenecientes al Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (Geas) y al Seprona, así como miembros de la Policía Nacional , Protección Civil de Ourense, Toén, Ribadavia y Castrelo de Miño, además de socios del Club Náutico de este último municipio. Los efectivos comenzaron el rastreo, unos a pie por ambas orillas del río y otros en barca y zódiac por el agua. 'De momento no encontramos rastro', explicó, pasadas las 11.00 horas, el alférez del Seprona, Rubén González.

La búsqueda se centró en un tramo de 24,3 kilómetros de río, entre el Puente Romano y las compuertas del embalse de Castrelo de Miño. Para ello contaron con la colaboración de los responsables del embalse de Velle que cerraron las compuertas y dejaron de turbinar agua, lo que provocó que el nivel del río bajara más de dos metros, según Rubén González. 'El cuerpo puede estar enganchado a la raíz de un árbol o en cualquier otra cosa y esta puede ser una de las razones por las que no sale a flote', apuntó el alférez.

El dispositivo dio por concluido el rastreo pasada las dos de la tarde, sin que los buzos de la Guardia Civil llegaran a sumergirse en el agua. 'Primero tenemos que encontrar un indicio de que el cuerpo puede estar en esa zona y después nos sumergimos. De momento, no encontramos nada que nos dé pistas', afirmó uno de los agentes, Alberto Melián.

El hombre, antes de arrojarse al agua, dejó la cartera con su documentación sobre una piedra. Un testigo dio la voz de alarma al verle nadando en el agua.

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