Las recetas de supervivencia de vecinos y autónomos

Mientras las comunidades de vecinos asumen sus costos particulares, los usuarios también tienen que romperse la cabeza y, en el mejor de los casos, hacer pequeños sacrificios para lograr salir adelante. A nivel individual también hay que hacer cuentas y valorar tiempo y recursos para compensar la subida de la energía. Este año los bolsillos de las vecinas y vecinos de Ourense se ven aligerados de fondos que poder invertir en gastos no esenciales. La calidad de vida de muchos ha menguado, en mayor o menor medida, hacia una economía más centrada en asegurar recursos tan básicos como la electricidad, de la que dependemos todos. Puri Menor, encargada de la tienda de bicicletas Ciclosport Gil, declara que ha notado mucho el incremento en las cifras de la luz en los últimos meses. A pesar de los costes extras, Puri se considera en una situación relativamente estable: “Mi marido y yo, trabajando los dos juntos y siendo propietarios de nuestro local, no necesitamos pagar un alquiler a mayores”. Aun así, señala que tienen que trabajar duro: “Nosotros vamos tirando, pero cada mes se notan mucho más las subidas”. “Antes ni me planteaba estar al tanto de los horarios de la luz”, declara la funcionaria Paula Sampayo. En su caso, se vio obligada a “cambiar algunos hábitos” y explica: “Usar el horno era caro, así que ahora solo lo utilizo en ocasiones especiales”. Reflexionando sobre su propia situación, Paula no puede evitar sentirse relativamente privilegiada: “Lo realmente triste es que esto hará horrible las vidas de algunas personas”. Así, últimamente a Paula le ronda un pensamiento en la cabeza: “Menudo palo me va a caer a fin de mes”. ¿Su conclusión? ”Muy heavy”. Los nuevos precios obligan a tomar pequeñas decisiones de urgencia en diferentes facetas del día a día. Noelia Fernández Laguna, encargada de la cafetería Apetéceme, tiene una recomendación para aprovechar la energía al máximo en la cocina: freír menos patatas y hervir más arroz blanco. Para hacerles frente a las eléctricas, aconseja a los aficionados de la repostería que horneen muchas piezas de bollería juntas en una misma hornada “y hacerlo todo de una sola vez”. Y, además, sugiere buscar los precios más bajos en el mercado. Otros prefieren recurrir a soluciones radicales, sin medias tintas, para afrontar el pico de las estadísticas de la calefacción. “Teníamos todo eléctrico y ahora nos pasamos a un sistema de gas”, declara Tania Fernández, propietaria del centro de estética Frouma, especializado en productos orgánicos. Este recurso alternativo, asegura, le permitirá ahorrar sin tener que renunciar a trabajar y atender a su clientela en buenas condiciones. Tania relata los gastos antes eran “medio estables” hasta este año: “Por el mismo consumo de siempre, tuvimos un importe del doble”, aclara. Las estrategias son muchas, pero la clave, en comunidad y a nivel individual, es aguantar el golpe de las facturas apostando por pequeños cambios en sus hábitos con repercusiones a largo plazo.