Fermín G.L., de 28 años, aceptó en el Juzgado de lo Penal 1 de Ourense nueve meses de cárcel y el pago de una multa de 1.200 euros por los delitos de conducción temeraria, desobediencia, daños y lesiones, de los que lo acusaba el ministerio fiscal.
El joven se sentó en el banquillo para responder de unos hechos que ocurrieron a las 03,20 horas del 4 de diciembre del 2018, cuando el acusado, según expuso el ministerio fiscal, aceleró bruscamente el vehículo que conducía al percatarse de la presencia de una patrulla de la Policía Local. El imputado circulaba por la avenida de Santiago y, según él mismo reconoció, continuó pisando el acelerador y se saltó el semáforo, que estaba en rojo, que hay en el cruce de la rúa Rey Soto y avenida de Santiago.
La patrulla fue en su persecución, pero el imputado, tal como reconoció, continuó la fuga a gran velocidad por la avenida de Marín y rúas Jesús Pousa, San Rosendo y San Paio.
A la persecución se sumaron patrullas de la Policía Nacional que localizaron al huido circulando a gran velocidad por la carretera N-542 y, posteriormente la N-120, a su paso por O Pino.
Los agentes llevaban las sirenas y luces de emergencia puestas, al tiempo que le hacían señales para que se detuviera, pero el fugado, según reconoció, no obedeció y llegó a circular en paralelo a los policías.
La persecución finalizó en Beiro, después de que los policías atravesaran varios coches en la carretera. Aun así, el conductor arrolló uno de los vehículos policiales, lo que provocó que los agentes le dispararan a los neumáticos. Uno de los policías resultó herido pero terminó reduciéndolo en el interior del vehículo, una vez que le pincharon a balazos las ruedas.
Responsabilidad civil
El ministerio fiscal solicitaba que el acusado indemnice con 7.291,40 euros a la Dirección General de Tráfico por los daños ocasionados en el vehículo que arrolló y con otros 560 al policía que resultó herido. El acusado no aceptó el pago de estas cantidades, que serán fijadas por el juzgado, una vez oídas las versiones del acusado y de los policías que lo persiguieron.
