Reconstruir desde cero

Detrás de cada ventana hay una historia y, en lo que respecta a los escaparates, los pequeños negocios locales invitan a consumir sus productos así como a conocer el relato vital de quienes los regentan. Lossada proviene de una familia de abogados naturales del estado de Zulia, donde se encuentra su Maracaibo natal. Su abuelo y su madre fueron magistrados y él continuó el linaje convertirse en defensor público penal (equivalente al abogado de oficio en España), oficio que ejerció durante 16 años, hasta el 2015, cuando renunció a la plaza. “Estaba enamorado de mi profesión, pero la institución jurídica no escapó de la debacle”, lamenta. Relata que, poco a poco, el funcionario público se convirtió en un “empleado del gobierno” para imponer “una sola visión de Estado” de acuerdo con la ideología del gabinete de Nicolás Maduro. Tras su paso por la Administración pública y de actuar como abogado de libre ejercicio durante dos años y medio, en 2018 decidió dejar el país por la inseguridad y la falta de oportunidades que veía. “Algo tan simple como echar combustible era una tarea titánica”, comenta. Lossada entró con su esposa y su hijo en Europa por los Países Bajos, donde tenía familia. “Ahí se evidenció el error, porque, sin el idioma, a un extranjero le es imposible insertarse”, lamenta. Después de 18 meses, le surgió una oferta de trabajo que lo trajo a Ourense el 5 de septiembre de 2020. Con todo, el estado de alarma decretado el 25 de octubre de ese año echó por tierra esta oportunidad laboral, cuando ya había renunciado a la posibilidad de residir país neerlandés. Siguieron dos años de vivir de los ahorros, de acudir a instituciones humanitarias y de realizar trámites para regular su estancia y su empleabilidad. De esta temporada de “penurias”, Lossada dice que se topó con “las dos caras de la moneda” del funcionariado de extranjería: mientras que unos trabajadores le daban información útil, otros entorpecían el proceso de integración. “Lo más difícil no fue pretender insertarme como abogado, porque entendía las dificultades de homologar mis estudios, lo peor era vivir el trato inadecuado en cuanto a la información suministrada por algunos funcionarios”, comenta. Espíritu emprendedor Óscar insiste en que nunca quiso “ser una carga para la administración pública”, por lo que renunció a la renta de inclusión social para emprender. El camino no fue fácil, porque tuvo que hacer frente a un ambicioso proyecto que no pudo financiar al recibir sendas respuestas negativas a dos peticiones de crédito que le exigían un aval del que no disponía. Así, en noviembre de 2021 toma la iniciativa de abrir su propio negocio, “A Despensa Galega”: un colmado de productos de alimentación donde priman las frutas y verduras de temporada y de kilómetro cero. “Quiero acercar productores con buenas iniciativas que hagan productos del país, porque en Galicia hay una fuerte cultura gastronómica y el cliente siempre pide algo específico”. Con 10 meses en el negocio, ya lo ha actualizado para ofrecer servicio de entrega a domicilio y, antes de octubre, taquillas para de recogida de artículos de Amazon. Sus proyectos no solo se centran en la producción gallega, además echa mano de sus orígenes: bajo la marca “Venezuela para llevar”, tiene un plan de ofrecer productos típicos del país bolivariano. El principal reclamo serían las arepas de maíz pilado con relleno para comer al momento o envasado al vacío y congelado para consumir en casa, además de los tequeños y las golosinas que nunca faltan en la gastronomía venezolana.