RENOVACIÓN NECESARIA

La reforma de la Alameda de A Ponte: “Non fixeron nada"

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photo_camera Imagen del acceso a la zona oeste, donde se únen las viejas y las nuevas baldosas. (FOTO: XESÚS FARIÑAS)

Vecinos y comerciantes critican el resultado de las obras y reclaman mejoras "reales" en el parque

Las obras de remodelación de la Alameda de A Ponte finalizaron hace varios días, después de poco más de cuatro meses. Pero el resultado de la reforma, que contó con un fondo de 232.000 euros del Plan Hurbe de la Xunta de Galicia, no convence ni a vecinos ni a comerciantes del barrio. 

La renovación del espacio de juegos infantil, la parte ajardinada de la zona oeste o la nueva barandilla de la balaustrada exterior saben a poco entre la población, que esperaba un cambio radical en la imagen del parque. "Non fixeron nada, de feito, na miña opinión, quedou peor do que estaba", opina un pontino mientras señala el césped seco de las zonas ajardinadas. "Podaron as árbores, cambiaron as bombillas das farolas e pintaron un pouco, xa me dirás. Do resto...", comparte. En la parte oeste se colocaron nuevas baldosas, distintas de las antiguas. "E non repararon algunhas das vellas", apunta otro vecino. Las pintadas que desde hace años saludan a los paseantes en los muros colindantes continúan en el mismo sitio. 

 

La balaustrada exterior, pintada por completo, cuenta ahora con una nueva barandilla de seguridad para evitar caídas –la altura original era insuficiente y muchos vecinos habían pedido soluciones en reiteradas ocasiones–, pero esta tampoco convence en el vecindario. Desde que se iniciaron las obras el pasado mes de enero, varios partidos políticos de la ciudad criticaron la intervención en la valla por "antiestética". El grupo socialista calificó la reforma de la alameda como una "auténtica chapuza", tiempo antes de finalizar. 

“Quitáronnos as mesas"

Numerosos vecinos se quejan de la retirada de las mesas de piedra del parque, situadas cerca de la fuente. "Cando facía calor sempre íamos xogar alí ás cartas polas tardes, porque ademais había sombra, pero agora quitáronnos as mesas", cuenta una pontina de la calle Ribeiriño. "Seica lles molestaban á xente dos bloques contiguos porque polas noites ía xente nova a facer botellón... Pero que culpa temos nós!", añade. Esta pontina recuerda la falta de mesas en los parques del barrio, y reivindica la situación: "Non é normal que teñamos que subir ata a praza da Mariña". 


Los comercios, a la espera


La reforma de la Alameda también incluía el saneamiento de la zona oeste, lo que permitiría solucionar los continuos problemas de humedades que sufren los comerciantes de los bajos. Por el momento, desde los locales no han tenido noticias. "Suponemos que sí se han hecho, claro, pero aquí no vino ningún técnico para evaluar los daños que tenemos en paredes, techos y suelos", señala Antía Iglesias, dueña de la tienda Umbela, situada en la avenida de As Caldas. Los dueños esperan recibir el dinero que han invertido para solventar los desperfectos: "No dejas de gastar dinero y nadie te lo devuelve. Es como si estuvieses alquilado en un piso y el propietario no se hace cargo de nada. Los gastos que tenemos suponen mucho".

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