OURENSE

Los relojes robados en el Pazo son los del homicidio de Milia

photo_camera El cadáver sin vida de Tomás Milia fue hallado el día cinco de octubre de 2013.

Constituyen la principal prueba para acreditar el robo violento acontecido en casa del farmacéutico

La desaparición de piezas de convicción (objetos robados o utilizados para delinquir que demuestran la comisión de una infracción penal) en el Pazo de Xustiza afecta a procedimientos judiciales que aún se están tramitando. De hecho, entre las joyas robadas que estaban bajo custodia judicial figura un lote de valiosos relojes, auténticas piezas de colección, cuyo propietario era Tomás Milia, el farmacéutico asesinado en la noche del 6 de octubre de 2013 en su domicilio de la calle Curros Enríquez. Se trata de las piezas que supuestamente sustrajo de la vivienda de Milia el joven rumano Alexandru Marius Luca, tras darle muerte (apuñalamiento). La policía las halló en el interior del maletero del coche del procesado. Había relojes de prestigiosas marcas (el fallecido era coleccionista), alguno de ellos valorado en más de 6.000 euros.

Los relojes estaban depositados y custodiados en la caja fuerte de la Audiencia provincial, una vez que el sumario se dio por concluido por parte del juez instructor en un auto de 3 de diciembre del pasado año, que posteriormente sería recurrido por el fiscal para la práctica de más pruebas. La conclusión del sumario hizo que se trasladasen los tomos a la Audiencia, con las pertinentes piezas de convicción pertenecientes a este caso, entre las que no sólo hay joyas sino también ropa ensangrentada y varios cuchillos, aunque sólo las joyas se guardan en cajas fuertes para su mejor custodia. En este caso, se utilizó la ubicada en el despacho de la secretaria, en la segunda planta del Pazo y sin acceso restringido al público, aunque fuentes conocedoras del caso consideran que el robo ocurrió por la tarde.

Precisamente, el hallazgo de las alhajas en poder de Alexandru Marius Luca es la prueba fundamental que acredita el delito de robo con violencia e intimidación que se le imputa al joven, además del homicidio, incendio (presuntamente quemó la vivienda para deshacerse de pruebas) y atentado a los agentes de la autoridad en el momento en que fue hallada la caja con los relojes.

La Audiencia custodiaba seis relojes, todos ellos de oro y valorados en cerca de 50.000 euros. La relación incluye: un reloj de bolsillo EJ Dentl London (número de serie 18881) con inscripción "Antonio Rivero Tabarés"; uno de la marca C. Huit Rubis Cylindre (serie 44891); un Longines (serie 3666934); un Vacheron&Constantin Geneve (serie 218090); un reloj de bolsillo Augusto Ricardo A.O. Locle (serie 3289), y otro de la marca Volta Repetition Heures Quarts y Minutes (serie 22548).

El letrado que representa a la familia Milia en este proceso asegura que el robo se le comunicó la pasada semana, aunque la información que se le facilitó es muy limitada. "Es algo gravísimo que no puede suceder en un estado de Derecho", se limitó a decir ayer a preguntas de este periódico.

Los mecanismos de seguridad para evitar robos en las cajas fuertes asaltadas (Audiencia e Instrucción 3) eran perfectibles, ya que no estaban cerradas con combinaciones mecánicas sino con llaves guardadas en los cajones de los despachos a los que entraron los intrusos.

En todo caso, fuentes de la investigación aseguran que las llaves de la cajas no estaban a la vista sino "ocultas".

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