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Renfe liquida los trenes de noche mientras Europa los recupera

Un pasajero se sube a un tren.
La crisis del covid-19 se utiliza como excusa pero la decisión llevaba años tomada

Cada vez que desde este periódico se afirmaba que Renfe tenía previsto suprimir los trenes nocturnos que unen las ciudades gallegas con Madrid y Barcelona, el operador ferroviario salía inmediatamente a desmentirlo, afirmado que esa medida no se encontraba entre sus planes.

Ahora, la suspensión temporal de la mayor parte de los servicios ferroviarios, como consecuencia del estado de alarma, ha servido de pretexto para finiquitar unos trenes que llevaban sentenciados desde el ministerio de Ana Pastor, cuando empezó a desmantelarlos lentamente. Primero, suprimiendo las ofertas que había en otros trenes de larga distancia, con descuentos de hasta un 60 y un 70 por ciento. El tren hotel Rías Gallegas, se había convertido en el tren nocturno más caro de Europa. Después, perdió  los servicios de restaurante para la cena y el desayuno. Tanto el Rías Gallegas a Madrid como el que cubre la relación transversal con Barcelona vieron reducido el número de plazas hasta la mínima expresión.

Valdeorras es la comarca más afectada porque pierde su único tren directo a madrid, después de más de un siglo 

Si la política comercial de Renfe con estos trenes tenía por objeto echar literalmente a sus clientes potenciales para tener la excusa para eliminarlos, los problemas en la infraestructura, la falta de maquinistas y las averías derivadas de un mantenimiento ineficiente se ocuparon del resto. En los últimos dos años fueron los trenes con más incidencias de la red nacional de los ferrocarriles españoles, lo que obligó a transbordos al autobús para realizar parte de su recorrido y a inmovilizaciones durante largas horas en estaciones a la espera de un tren de socorro o a la resolución de la incidencia en la línea. 

Mientras Renfe pone la puntilla a su servicio de trenes nocturnos, tras más de un siglo de brillantes servicios, en el resto de Europa están volviendo a recuperarlos tras un paréntesis en el que, del mismo modo que en España, la mayor parte de los operadores habían ido suprimiendo las principales relaciones nacionales e internacionales que se servían de trenes con coches cama, literas y servicio de restauración a bordo. Pero la diferencia con nuestro país es que mientras Renfe se fue deshaciendo de sus trenes, unos por desguace, otros por venta y más recientemente, por reciclaje para fabricar nuevos trenes de alta velocidad, en Europa los trenes nocturnos están volviendo a las vías. Líneas internacionales como la que une Viena y Bruselas, o domésticas, en Alemania o Austria, que ofrecen departamentos de clase turista, preferente, familiar y la equivalente a la gran clase española, con cuarto de baño completo y un espacioso departamento de dos y hasta tres camas. 

La desaparición de estos trenes es más dramática para la comarca de Valdeorras que pierde su único enlace directo con Madrid y ve reducida de manera considerable, al igual que el resto de las ciudades gallegas, las comunicaciones con Burgos, Logroño, Zaragoza y Barcelona. El único tren que quedará en servicio con la Ciudad Condal obliga a pasar toda la jornada a bordo del tren, hasta bien entrada la noche. 


Un servicio al que no llegan los trenes AVE


Hay dos segmentos de viajeros para los cuales ninguno de los servicios de alta velocidad cubre sus necesidades: los que necesitan estar a primera hora de la mañana y los que se quieren ahorrar una noche de hotel. El tren hotel a Madrid, hasta que a Renfe se le ocurrió la peregrina idea de desviarlo por León, llegaba a Chamartín a las siete y media de la mañana, con tiempo necesario para iniciar la jornada laboral o acudir a una reunión matutina.


El tren nocturno compite en precio, confort y sostenibilidad con el primer avión de la mañana y el último de la noche. Pero además, para escapadas de fin de semana, el tren nocturno permite ahorrar una noche de hotel en el destino. Dos fortalezas que Renfe dejó de explotar hace ya más de dos décadas cuando el Expreso a Barcelona, el Shanhai era el tren con más viajeros de España y a Madrid salían hasta cuatro expresos nocturnos cada noche.

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