La Universidad de Zaragoza apagó la calefacción el pasado martes para “contener el gasto económico en energía”. La institución académica maña debería haberse fijado en la UVigo, una de las entidades pioneras en la utilización de energías renovables, mezclando la aerotermia con la geotermia y las instalaciones fotovoltaicas.
Desde su instalación, este sistema híbrido ha permitido al Campus de Ourense ahorrar cerca de 40.000 euros anuales. Estas energías alternativas permiten un autoabastecimiento energético del 16% del consumo del campus, además de una reducción de emisiones de 444 toneladas de carbono anuales.
José Luis Míguez, vicerrector de Planificación e Sostibilidade de la UVigo, explica que esta inversión, de 764.968 euros, cofinanciada por la Xunta, se divide en 500 kw térmicos procedentes de la geotermia y 300 procedentes de la aerotermia, lo que permite tener “una eficiencia máxima, tanto a nivel energético como económico”.
Las actuaciones desarrolladas en el Campus para el desarrollo de la geotermia implicaron cerca de “5.000 metros de perforación en más de 120 pozos”, lo que supone una “inversión muy grande”.
Pese a esto, todavía tienen que tirar, en momentos de mucho frío, de los sistemas tradicionales para paliar la carencia de producción de estas energías alternativas. Además, la contención del gasto es doble, ya que ahorran -principalmente con la geotermia- en la producción de calor y en la refrigeración en verano -gracias a la aerotermia-. Míguez también indica que este año se licitará la instalación de paneles fotovoltaicos que se ubicarán en el edificio del Campus Auga y en la Biblioteca Rosalía de Castro.
También subraya además que el hecho de ser una institución pionera en energías limpias ha provocado que otras les consulten la viabilidad de este tipo de instalaciones y va más allá, ya que, cuando se presentó este proyecto, la idea era “crear un aula de divulgación” que está de momento a la espera, ya que requiere la colaboración de la UVigo con el clúster de la geotermia.
